10 de mayo de 1989: 33 años de un día oscuro

10 de mayo de 1989: 33 años de un día oscuro


Se cumplen 33 años de aquel 10 de mayo de 1989, un día de represión y barbarie. Los Batallones de la Dignidad, grupo paramilitar al servicio de la dictadura de Manuel Antonio Noriega (1934-2017) arremetieron brutalmente contra civiles y miembros de la Alianza Democrática de Oposición Civilista (Adoc), quienes en una marcha pacífica pedían que se respetase el resultado de las elecciones del 7 de mayo de 1989: el triunfo de la Adoc, y la derrota del candidato del Partido Revolucionario Democrático (PRD).

La represión y el ataque de los batalloneros sigue en la memoria de hombres y mujeres que lucharon contra la dictadura. Lo consideran como un día negro, que incluso podría repetirse si no se corrige el rumbo en el país. Al menos así lo planteó Guillermo Ford hijo, quien recuerda a su padre Guillermo Billy Ford (1936-2011) con la camisa ensangrentada, tras el ataque de los batalloneros o varilleros, como se les conocía. Una foto icónica sobre este hecho, publicada en la revista Time dio la vuelta al mundo, y alertó sobre las características y efectos de la dictadura en Panamá.

’Que no vuelva a ocurrir’

Ford hijo, quien busca mantener vivo ese hecho como un “llamado de atención” para que no vuelva a ocurrir, aseguró que es importante que los ciudadanos recuerden su historia y entiendan que “si no estamos en la lucha continua por la democracia, sin darnos cuenta nos pueden hacer el mandado otra vez”.

”No quisiéramos pensar que nuestros hijos y nietos tengan que caer en lo mismo o algo parecido de lo que tuvimos que vivir nosotros hace 33 años. Nos encontramos en una situación muy delicada ahorita. Si no estamos pendientes, y atentos a la vida democrática fácilmente nos hacen el mandado”, enfatizó el hoy miembro del Movimiento Liberal Republicano Nacionalista.

El país, a juicio de Ford hijo, está cayendo en episodios de “desasosiego”, pues personajes políticos utilizan las herramientas de la democracia “para aprovecharse”. Se están vulnerando los derechos de los ciudadanos y aprovechando del erario. “Están haciendo artimañas y mala mañas para ver cómo se apoderan de los dineros de los impuestos y al final del camino todo eso repercute en más pobreza, más necesidades. La única manera de cambiar el rumbo es hacer las cosas bien...”, añadió.

Así fue

Recordó que en 1989, el país en manos de los militares, estaba sumido en una crisis económica, social, y política, hechos que añadió, guardadas las proporciones, podrían compararse con el escenario que ha dejado la pandemia por la covid-19.

El 7 de mayo de 1989, en unas elecciones generales, el 64% del electorado rechazó a Carlos Duque Jaén, quien era el candidato del PRD, y que respondía a los intereses de las Fuerzas de Defensa de Panamá, lideradas por Noriega. El 10 de mayo, la Adoc, que aglutinaba a empresarios, sociedad civil, y que apoyaron la candidatura presidencial de Guillermo Endara Galimany, Ricardo Arias Calderón, y Guillermo Billy Ford, estos últimos como vicepresidentes, salieron a las calles para rechazar la decisión del Tribunal Electoral de anular el resultado de las elecciones y para advertir de un fraude.

Las protestas se dieron a nivel nacional. En la capital se convocó una caravana hacia la Presidencia de la República, pero cuando el grupo iba por la plaza de Santa Ana, fue interceptado por miembros de los llamados Dóberman (antimotines de las Fuerzas de Defensa) y de los Batallones de la Dignidad (civiles armados, principalmente funcionarios, que recibían órdenes de los cuarteles).

Los reprimieron. Los batalloneros propinaron varillazos (golpes con barras de hierro) a los manifestantes, incluyendo a la terna civilista. Endara se enfrentó a la turba y recibió un varillazo; los guardaespaldas de Ford intentaron meterlo en un carro, pero uno de ellos fue baleado y su sangre se derrama sobre la camisa blanca de Ford, que quedó frente al teatro El Dorado, a merced de un varillero. Arias Calderón pudo escapar ileso por la bajada de Salsipuedes.

Esta situación expuso aún más al régimen, que ese año ya flaqueaba. La jornada de violencia se extendió por varios días y culminó con la invasión de Estados Unidos a Panamá el 20 de diciembre de 1989. Hoy día, el PRD tiene el mando del país, y algunos de los que tuvieron un papel activo en el régimen de Noriega volvieron al poder.


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