explicación. Las bacterias aerobias mesófilas son microbios que crecen de forma óptima en temperaturas que van de los 15 a los 40 grados centígrados. La mayoría de las bacterias presentes en el suelo y en el ser humano (patogénicas y no patogénicas) pertenece a esta clasificación... hay microbios que prefieren el frío (menos de 15 grados) y otros que crecen mejor en el calor (arriba de 40 grados).
Las bacterias coliformes (Escherichia coli, Klebsiella, Shigella, etc.), por ejemplo, son mesófilas. Algunas pueden causar enfermedad en humanos (depende de la edad y vulnerabilidad del sujeto y la cantidad de bacterias presentes). La infección por estos microbios usualmente se asocia a enfermedad gastrointestinal (diarrea, vómito, colitis, hepatitis) y, en casos severos, a enfermedad sistémica potencialmente grave.
Para consumo seguro, es importante mantener la cantidad de bacterias por debajo de 100 unidades formadoras de colonias por mililitro de agua analizada. Cifras por encima de este nivel indican pobre esterilidad y elevada contaminación.
A mayor cantidad de bacterias, mayor probabilidad de peligrosidad para el individuo que la beba. Por lo general, estas aguas embotelladas no son 100% estériles y algunas bacterias pueden estar presentes. La contaminación bacteriana puede proceder del agua utilizada, del mismo plástico o material del envase, y del personal encargado del proceso de embotellado. Cuanto mayor tiempo hay desde el embotellado al consumo, mayor probabilidad de aislar una cantidad importante de bacterias.
El cloro, en concentraciones adecuadas para la ingesta, inhibe el crecimiento de bacterias en el agua. Un nivel bajo en cloro facilita la contaminación.
La turbiedad del agua depende de varios factores y no necesariamente indica contaminación bacteriana ni que sea un conductor de bacterias... la presencia de minerales u otros residuos y la acidez del agua inciden también en el grado de turbiedad.