Alimentos y combustible es lo que necesitan los pobladores de 14 comunidades de la comarca Madungandí, afectados con el desborde de las aguas del lago Bayano y sus afluentes.
Ovidio Espinosa, secretario general de la comarca kuna, explicó que la gasolina es para trasladar los materiales que requieren para reconstruir sus viviendas.
De acuerdo con Espinosa, la inundación borró el pueblo de Tiwarcicua o Chicuarachicuara y obligó a sus pobladores a mudarse a sitios más altos y seguros.
“Están kilómetros más arriba del lugar donde estaban asentados”, explicó Espinosa, quien agregó que en este nuevo lugar comenzaron a edificar nuevas viviendas.
Explicó que las inundaciones no solo perjudicaron a los que perdieron sus casas, sino a todos los pobladores de la comarca porque se dañaron plantaciones de plátano, maíz y arroz, principales fuentes de alimento de los indígenas kuna.
Orlando Hernández, representante del corregimiento de Madungandí, informó que ya han recibido bolsas de comida, pero por las condiciones climáticas y la distancia entre los pueblos todavía hay comunidades que no las han recibido.
Explicó que entre las comunidades a las cuales no han podido llegar se encuentran Tabarti, Río Diablo y Pintupo, en donde viven más de 200 personas.
Mientras en Madungandí las autoridades locales buscan ayuda para la población, en Cañita de Chepo continúa la limpieza de las casas de mampostería.
Carlos Gálvez, director regional del Ministerio de Salud en Panamá Este, informó que las casas de bloques están siendo cloradas y fumigadas, mientras que las de madera y otros materiales van a ser demolidas.
En otros sectores de Cañita, como Santa Librada, los pobladores regresaron a sus casas para iniciar la limpieza de sus viviendas, atestadas de lodo, a pesar de que no estaban autorizados por Salud. Mercedes Cedeño, lugareña, indicó que entraron para ver qué pueden salvar, luego de que el río subiera hasta dos metros dentro de la casa.