La calentura del A(H1N1) parece haber bajado.
Hace poco más de un año, cuando surgieron los primeros casos en México y se registraron otros más allá de sus fronteras, la higiene se puso de moda y Panamá fue uno de los países que la adoptó.
Entre abril y mayo de ese año las ventas de distribuidoras y retails que tenían en sus aparadores productos antibacteriales se dispararon, y en poco tiempo estos empezaron a escasear.
“En los dos primeros meses, cuando se agravó la situación, la demanda de gel antibacterial fue alta”, reconoce el director técnico de ParkWay de Panamá S.A., José Young, pero después esta bajó y más aún con la llegada de otras marcas de gel antibacterial al mercado panameño.
Agencias Motta, S.A., que tiene 15 años de distribuir gel antibacterial fabricado en Panamá, admite que en poco tiempo quedaron desabastecidos.
“Siempre tenemos como tres meses de inventario para poder cubrir una sobre demanda en caso de que se dé, y en 15 días nos quedamos sin producto”, asegura la gerente de mercadeo de Agencias Motta, S.A., Lyana Mayta R.
Pero cuando pidieron más a la fábrica, lo que solicitaban sobrepasaba la capacidad del fabricante.
“Lo que le proyectamos sobrepasaba la capacidad de materia prima en inventario que tenía la fábrica”, señala.
Al final, hasta el producto que usan de prueba lo tuvieron que sacar al mercado para su venta.
Además de que no pudieron cubrir los pedidos de contenedores completos de geles antibacteriales que llegaban del exterior.
Con el mercado desabastecido, algunas empresas locales aprovecharon el momento para sacar sus propias marcas, a la par que ingresaron al país productos provenientes de otros lugares.
Otro producto que también tuvo mucha demanda fue la mascarilla. Representantes de las farmacias Metro señalan que justo cuando comenzó la pandemia se incrementó la venta de los tapabocas.
En el mes de mayo de 2009, por ejemplo, se vendieron 96 mil 550 mascarillas de determinado tipo, cuando lo normal es mil 251 unidades.
Pero hoy, poco más de un año después de haber surgido este virus de influenza que alarmó a la población mundial y que cobró 8 mil 357 vidas solo en América –según informes de la Organización Mundial de la Salud–, parece para muchos un capítulo del pasado.
Los distribuidores coinciden en que la demanda sigue estando a niveles más altos que los registrados antes de abril de 2009 cuando surgieron los primeros casos en México, pero aceptan que sí ha bajado en comparación con el mes de abril y mayo del año pasado cuando se dieron los picos más altos en ventas de productos antibacteriales.
Esto es una muestra del comportamiento del consumidor.