La noticia apareció hace más de tres años y despertó expectativas inmensas: Martin Scorsese, uno de los directores vivos más respetados, se ponía a trabajar en un documental sobre Bob Dylan. Si, sobre el delgado e inigualable Dylan, el joven que dejó Minnesota a los 20 años y se fue a Nueva York para tocar rock and roll y, con el tiempo, terminó haciéndole un surco a la música popular hasta convertirse en candidato al Nobel de Literatura.
Scorsese decidió solo contar los años más calientes de la carrera de Dylan, cuando el cantante era una de las usinas de esa explosión de energía que fueron los 60. Y que en medio de su fama tan folk decidió tirar todo por la borda enchufando sus guitarras y a pesar de los insultos de sus fans -que lo preferían limpito y acústico- siguió cantando, llamando a las cosas por su nombre, que él solo conocía.
‘Play’
Hoy, 42 meses después de iniciarse el proyecto, el documental de Scorsese está terminado y listo para ver.
Se llama No direction Home y se está estrenando en cines en Europa y Sudamérica.
Aunque en Panamá no se tendrá la misma suerte, al menos puede conseguirse el DVD doble en las tiendas especializadas.
Fue el propio Dylan el que eligió a Scorsese para contar su historia. Quedó impresionado con el trabajo que el director de Pandillas de Nueva York hizo en un reciente documental sobre el mundo del blues estadounidense.
Además, Dylan lo conocía desde hace tiempo: Scorsese también frecuentaba los agitados días del Greenwich Village cuando los 60 estaban por venir, antes de que Dylan se convirtiera en el hombre que le pondría letra y música al proceso con canciones como Blowing in the wind .
El cineasta también había realizado un documental sobre el último concierto de The Band, el grupo de Dylan, llamado The last Waltz.
Fue así como Scorsese tuvo acceso al archivo privado de Bob Dylan que su mánager y amigo Jeff Rosen fue juntando a lo largo de 26 años. Sin embargo, esta no es una autobiografía, sino la mirada de Scorsese utilizando como base el material de Dylan, con el que el director, dijo, prefería ni hablar. Además, la cinta cuenta con material de fans y amigos que ofrecieron imágenes nunca antes vistas.
El principio
La película, dicen los críticos, retrata con maestría los años en los que la piedra Dylan se convierte en el diamante Dylan -"explota de tanto talento", publicó el The New York Times en esos días-, cuando el artista logró pulverizar el tenebroso destino de ícono que la industria le proponía.
Es así como Scorsese cuenta la historia del joven poeta que iluminó la escena folk con canciones inspiradísimas y que luego, en su primera gran mutación, decide enchufar sus guitarras en el ya mítico Festival de Newport de 1965, donde el público terminó insultándolo por "traicionar al folk".
Hasta se peleó con Joan Baez, la célebre cantante que no pudo digerir el vuelco rockero de su novio.
Pero Dylan sabía qué hacer. Ese año, 1965, había editado Bringing it all back home y Highway 61 revisited, un disco con el que hizo historia y en el que incluyó una canción que cambió para siempre la forma de hacer canciones: Like a Rolling Stone.
Y al año siguiente, como si fuera poco, llegó Blonde on Blonde, para muchos su obra definitiva.
Después de eso tuvo un accidente de moto que lo obligó a parar un año, pero el documental termina antes de su caída. Después Dylan seguirá moviéndose en zig zag.
Pero a Scorsese ya no le importa: Dylan es un camaleón y su película demuestra eso.
LO QUE HAY QUE SABER
.NOMBRE: Robert Zimmerman, alias Bob Dylan.
.UN DISCO: ‘Highway 61 Revisited’, de 1965, su transformación.
.HISTÓRICO:Fue quien les dio de probar marihuana a los Beatles.
.LIBROS: Hay varias biografías, libros con sus poemas y hasta unas memorias: ‘Crónicas’.
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