Gabriela Sánchez está inaugurando una pequeña tienda de celulares, y para el evento de apertura contrató a siete modelos profesionales para que exhiban las innovaciones más recientes del mercado.
La cantidad de chicas pudiera parecer exagerada para el tamaño de la tienda, pero en el Panamá de hoy, para pequeñas empresarias como Sánchez la cantidad de dinero invertida en este talento resulta inferior al costo del blackberry más barato mostrado en la vitrina del local.
Y es que durante los últimos cinco años la cantidad de agencias dedicadas a proveer de azafatas al mercado ha crecido cerca del 600%, mientras que los eventos solo lo hicieron en 25%.
De cinco compañías que operaban para el año 2005, ahora funcionan al menos 32 tan solo en la ciudad de Panamá.
La competencia se vuelve más agresiva debido a redes sociales como Facebook, que han contribuido a la “canibalización” de los precios.
Con solo invertir 15 minutos de tiempo y tras una rápida búsqueda en la red, se puede encontrar talento que cobra hasta 10 dólares por hora. “Estos precios son irrisorios. Con esos 10 dólares la chica tiene que pagarse el taxi y el secado del cabello. Prácticamente no le viene quedando nada de dinero”, comenta Tania Hyman, directora de la agencia Tania Hyman’s Models & Talents.
Los problemas de la masificación del talento no se han hecho esperar.
En los corrillos del mundo de la moda local es común escuchar anécdotas de clientes que se han llevado decepciones por haber invertido un presupuesto “exageradamente más económico” al momento de realizar un evento o inauguración.
Se trata de modelos “muy bonitas, pero de muy malos modales”, comenta Hyman.
En estos casos, en lugar de permanecer protocolares y recatadas, las chicas terminan pidiendo teléfonos a los asistentes, repartiendo tarjetas de presentación, o en el peor de los casos acosando a los asistentes al evento.