Cazadores de células anormales

Cazadores de células anormales


Ataviado con una bata de laboratorio, Héber Castillo confiesa sentirse atraído por descubrir el universo de las células. “Es un mundo grande... A pesar de que estudiamos cosas muy pequeñas, aquí está todo el centro de la vida: en las células”.

Así piensa este joven que actualmente está en formación para ser citotecnólogo, que es ese especialista en biología o tecnología médica que se encarga de detectar, –mediante el microscopio– anomalías celulares que podrían representar males como infecciones e, incluso, algún tipo de cáncer.

Estos héroes anónimos que emiten esa primera señal de alerta de que la salud de una persona podría estar en riesgo, se convierten en citotecnólogos en las instituciones hospitalarias, explica el doctor Jaime Arias, jefe del departamento de Patología y Laboratorio Clínico del Complejo Hospitalario Metropolitano Dr. Arnulfo Arias Madrid de la Caja de Seguro Social (CSS).

Ese es el caso de Castillo, quien recibe docencia en la sección de citología del servicio de patología de dicho hospital. “En Panamá no hay plantel educacional para formar citotecnólogos. Ni la Universidad de Panamá ni las universidades privadas ni los centros de educación superior enseñan citología”, añade Arias, quien describe al citotecnólogo como “una de las mano derecha del médico patólogo [doctor que estudia las muestras] porque es la que nos da diagnósticos provisionales”.

Aunque este oficio tiene como norte la detección temprana de anomalías celulares para evitar, por ejemplo, que el cáncer llegue a etapas avanzadas, son pocos los que trabajan en esto. En Panamá laboran alrededor de 50 citotecnólogos en todo el país, tanto en las instalaciones de la CSS como en las del Ministerio de Salud.

Según el citotecnólogo Luis Camazón, del Instituto Oncológico Nacional, hacen falta más manos para lograr una mayor cobertura.

En otras palabras: si el país contara con un millón de muestras de papanicolaous para buscar la presencia de células de cáncer cervicouterino, este esfuerzo sería en vano porque no habría suficientes especialistas para leerlas, plantea el ginecólogo Raúl Bravo, coordinador de la sección del cáncer cervicouterino del Programa Nacional de Prevención y Control del Cáncer.

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