‘Chinchorro’, el incansable

‘Chinchorro’, el incansable


La voz ronca. La frase tajante. La corbata de ‘gatito’. Rubén Chinchorro Carles siempre fue un personaje notorio y notable.

Para el Panamá contemporáneo fue el celoso y ejemplar contralor general de la República durante el gobierno de Guillermo Endara (1989-1994), tras la invasión estadounidense de 1989, que borró el régimen militar que le había obligado a exiliarse dos veces.

Ya entonces Carles tenía historia. Sus canas y su aspecto de severo profesor le valían respeto, incluso entre sus adversarios. Sin embargo, era bastante bromista y gustaba de “echar cuentos”.

Después de la invasión, la economía del país estaba en ruinas. La indulgencia con la que se habían manejado las finanzas públicas se encontró con su austeridad férrea y su fiscalización escrupulosa.

Fue el último cargo público que ejerció. Pero, todo empezó antes.

PRIMEROS AÑOS

Rubén Carles Grimaldo nació en Penonomé, el 13 de diciembre de 1920, hijo de Rubén Darío Carles Oberto y Sixta Grimaldo de Carles. Tuvo cuatro hermanos: Xenia, Heldad, Edgardo y Sixta. Su padre, Rubén Darío Carles, fue un destacado educador nacional.

“Don Rubén era un maestro consagrado, que además realizó un singular esfuerzo en la investigación y la divulgación de la historia panameña”, cuenta, orgulloso, el propio Chinchorro en su libro de memorias El ayer está presente.

Su infancia se movió entre su Penonomé natal y las ciudades de Panamá y Colón, donde vivía su abuela materna, Sixta Guardia de Grimaldo.

En Penonomé, Chinchorro hizo sus primeras letras en la escuela Simeón Conte. En Panamá, siguió estudiando en la escuela Simón Bolívar y en la escuela República de Ecuador.

Prosiguió su educación en el Instituto Nacional (IN) y luego cursó dos años en el Canal Zone Junior College.

Fue en sus años juveniles cuando el entonces rector del IN Richard Neumann le enseñó a hacerse correctamente el corbatín, prenda que se volvería característica de su atuendo.

Chinchorro se matriculó en la Universidad de Panamá, de la que egresó en 1943. Becado, tomó una maestría en negocios (MBA) en la Northwestern University en Evanston, Illinois, Estados Unidos, y siguió estudios de posgrado en la Universidad de Columbia.

Siendo estudiante, Carles empezó a trabajar. Primero, como representante legal de una empresa en Colón, a la que debía viajar todos los días en tren desde Panamá.

También laboró en la Zona del Canal como contador de una empresa constructora en Cocolí y más tarde con el Ejército estadounidense, en Corozal, durante la Segunda Guerra Mundial.

DOCENCIA Y BANCA

Carles ejerció la docencia en la Universidad de Panamá de 1948 a 1968, “hasta que la dictadura militar nos forzó al exilio”.En la universidad, Chinchorro colaboró con las administraciones de tres rectores: Octavio Méndez Pereira, Jaime de la Guardia y Narciso Garay.

Uno de sus aportes más concretos allí fue la creación de la Escuela de Economía, “junto a Braulio Vásquez, Emilio Clare y Carmen Miró”.

Y aparte de la docencia, en 1946, Carles se incorporó al banco Chase, una relación que duraría casi 40 años y donde alternaría con figuras de la banca nacional como Olegario Barrelier, Luis H. Moreno o Eudoro Jaén.

FUNCIONARIO

Chinchorro ejerció algunos cargos públicos. En 1947 fue asesor del gobierno de Enrique Jiménez; miembro del Consejo Económico Nacional y ministro de Hacienda en la administración de Ernesto de la Guardia (1956-1960).

En 1964, fue designado ministro de Agricultura, Comercio e Industrias por el presidente Marco A. Robles. Y en 1968, durante 11 días, mantuvo esa cartera en el gobierno efímero de Arnulfo Arias Madrid, antes del golpe militar del 11 de octubre.

EXILIOS

Carles, que había acompañado a Arias durante los días posteriores al golpe en su lucha desesperada e inútil de retomar el poder desde la Zona del Canal, se vio conminado al exilio. Chinchorro lamentaba ser “el único ministro al que expatriaron”.

Por vía marítima, separado de su familia, llegó primero a Venezuela y de allí pasó a Brasil. En esa nación se vinculó al Banco Lar. Más tarde viajaría a Nueva York.

Allí, de nuevo junto a su inseparable compañera, su esposa Querube Solís de Carles, Chinchorro volvería a estudiar en la Universidad de Columbia. Luego iría a trabajar al Banco Atlántida, en San Pedro Sula, Honduras, donde permanecería hasta 1971, cuando logró regresar a Panamá y reincorporarse a la oficina local del Chase.

Cinco años de un creciente malestar con el régimen panameño de Omar Torrijos culminaron para él abruptamente cuando, el 20 de enero de 1976, fue sacado del país y llevado a Ecuador junto a otra docena larga de panameños “incómodos” para el régimen.

El exilio ecuatoriano cohesionó al grupo, donde estaban también I. Roberto Eisenmann, los hermanos Winston e Iván Robles, Alberto Quirós Guardia y Miguel Antonio Bernal, entre otros.

Carles regresó a trabajar al Banco Atlántida en Honduras. Y ese segundo exilio terminará el 31 de julio de 1981.

“Torrijos había dicho que mientras él viviera yo no podía regresar a Panamá”, contaba. En esa fecha ocurrió el fatídico accidente aéreo de cerro Marta que le costó la vida al jefe militar. Ese día, Carles volvió al país.

Una vez reinstalado en Panamá, Chinchorro gestionó su jubilación anticipada en la Caja de Seguro Social, terminando así su relación con el Chase. Luego, se incorporó al grupo Varela Hermanos como ejecutivo.

Carles fue invitado por I. Roberto Eisenmann a formar parte del proyecto de La Prensa. “Fui elegido, primero miembro de la junta directiva y después presidente de la junta directiva y en una circunstancia especial y transitoria, me designaron director editorial”.

También fue dirigente del partido Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena), decididamente opuesto al régimen militar que en la década de 1980 lideraba Manuel Antonio Noriega. Chinchorro fue además un activo miembro de la Cruzada Civilista.

Tras la invasión, Carles tenía las credenciales para ocupar el puesto de contralor.

Culminado el gobierno de Guillermo Endara, Chinchorro intentó una candidatura presidencial para las elecciones de 1994, respaldado por los partidos Molirena, Morena y Renovación Civilista. No tuvo suerte.

“Quizás yo no era un candidato que generaba suficientes atractivos”, decía de aquella aventura. Ya no volvió a intentarlo.Carles volvió a la actividad en la empresa privada y al gremialismo. Era miembro entusiasta de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) desde 1960.

“He conocido a mucha gente y a muchos personajes importantes durante mi ya larga vida, pero Chinchorro tiene una combinación de cualidades que, juntas, lo hacen único”, decía I. Roberto Eisenmann en junio de 2008, en el prólogo de El ayer está presente.

Roberto Troncoso, entonces presidente de Apede, dijo de él en un homenaje que le hizo el gremio en mayo de 2013: “Demostró que ser un servidor público honesto tiene su recompensa”.

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