Cuando no había transcurrido ni una semana de que estallara el escándalo sobre el ingreso al país de 10 mujeres europeas, supuestas víctimas de una red de traficantes de personas con fines de explotación sexual, funcionarios del Servicio Nacional de Migración (SNM) detuvieron a otras tres jóvenes, también procedentes del Viejo Continente, quienes se refugiaban en el mismo inmueble usado por el otro grupo, en isla Perico, Amador.
Fuentes vinculadas con las investigaciones del caso detallaron que las tres nuevas mujeres fueron halladas durante una operación que pretendía la captura de siete de las 10 europeas del primer grupo, que huyeron del lugar donde supuestamente las obligaban a trabajar como “alternadoras” y que siguen sin ser localizadas.
Dos de las nuevas víctimas son de nacionalidad rusa y la tercera, bielorrusa. Las descubrieron el 9 de junio pasado en el interior de un dúplex de dos pisos en isla Perico, apenas un día después de llegar al país con visas de turistas. Fueron identificadas como Kristina Vologzhina, Irina Lobaeva y Yulina Strazhevich.
De acuerdo con las fuentes, estas tres mujeres recibieron las visas en la Embajada de Panamá en Rusia, cuyo titular, Julio Córdoba, así como la asistente de este, Berta Alicia Guerrera, firmaron los documentos entre el 30 de mayo y el 1 de junio pasados.
En la operación del Servicio Nacional de Migración el 9 de junio, las tres mujeres intentaron escapar por la parte trasera de la vivienda, según confirmaron las fuentes. Tras ser detenidas, sin embargo, fueron llevadas al refugio temporal del servicio, en Avenida Cuba, donde declararon que estaban en el país en calidad de turistas y por tanto se les estaban violando sus derechos.
Ese mismo día se les informó que serían deportadas a sus respectivos países, acusadas de ingresar en el país con visas de turistas para dedicarse a la prostitución.