La decisión del Tribunal Electoral (TE) de convocar a la Junta Nacional de Escrutinio para hacer un nuevo reparto de curules entre los 20 diputados del Parlamento Centroamericano (Parlacen), ha causado revuelo.
Y es que, por ejemplo, cuatro de los once diputados del Partido Revolucionario Democrático, que ejercían sus funciones en Guatemala, sede del organismo regional, tendrán que dejar el puesto que será ocupado por los miembros del oficialista partido Cambio Democrático (CD). Igual ocurre con tres panameñistas: Cynthia Guerra, Luis Eduardo Camacho y Eloísa Tuñón.
El perredista Gilberto Succari –uno de los afectados al igual que sus colegas Priscila Valenzuela, Manuel Bermúdez y Pablo Javier Pérez– dijo que la acción del TE, basada en un fallo de la Corte Suprema, es irracional, arbitraria y causa un retroceso en la democracia del país. Por ello estudian demandar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos la decisión del TE y la Corte, toda vez que se le está quitando la credencial a quien se le dio, y se les pretende dar a los que no participaron en las elecciones.
La gobernadora Mayín Correa, quien encabezaba la lista de los siete candidatos del CD beneficiados, dijo que lo que comienza mal, termina mal. “El TE nunca debió quitarnos el derecho de participar en las elecciones”, dijo. Recordó que el fallo de la Corte –que rechazó la decisión del TE de no dejarlos correr– fue unánime.