La naturaleza no da tregua: por tres días consecutivos ha azotado con vientos y lluvias fuertes varios sectores del país. Y ayer, la comunidad de Mocambo Arriba, ubicada detrás de Cerro Patacón, fue la más afectada.
En medio del llanto y la consternación, Benancio González, uno de los damnificados, se rehusaba a salir de su casa que fue sepultada –casi en su totalidad– por una avalancha de tierra. Mudo del dolor, quería que lo dejaran solo, pues la casa que había construido a punta de “comer arroz pelao por muchos años” había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos.
Su esposa, María de González, contó que en 15 años de vivir en el área, nunca habían visto a la naturaleza tan enfurecida. “Siempre ha llovido duro, pero jamás la madre tierra se había ensañado con nosotros. Lo único que pudimos salvar fue la lavadora, que como estaba afuera de la casa, la arrastró el alud hasta tierra firme”, relataba entre sollozos María de González.
A unos 10 metros de la residencia de los González, está la casa de Jorge Gutiérrez, quien vivió la experiencia de ver cómo la avalancha se acercaba a su casa. “Gracias a Dios solo se metió una parte de la tierra a los cuartos. Como nuestra casa no está tan arriba de la montaña, el alud no nos cogió con fuerza”, sentenció.
En total, fueron siete casas afectadas en Mocambo, de las cuales seis fueron declaradas por el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) pérdida total o parcial (en algunos casos se puede reconstruir la vivienda). Una quedó bajo el agua, al desbordarse una quebrada, y las demás fueron arrastradas por un alud.
El Ministerio de Vivienda (Mivi) llegó al área e informó que aquéllos que perdieron todo serían trasladados al sector de Kuna Nega –a pocos kilómetros del área afectada–. Pero esa posibilidad fue rechazada por los residentes de Mocambo.
La señora González resumió las razones del rechazo, debido a que Kuna Nega se ha convertido en zona roja desde que las autoridades decidieron ubicar a familias provenientes de Curundú y Cabo Verde.
El mal tiempo causó estragos en toda la ciudad de Panamá y áreas aledañas. En los sectores de San Miguelito-Santa Librada rural y Chepo-Chichebre se registraron desprendimientos de techo, inundaciones y caída de árboles, que causaron temor entre la población al recordar la granizada del pasado jueves 27.
Este mismo panorama se vivió en Veranillo, Juan Díaz, Los Llanos de Curundú, El Chorrillo, Villa Grecia, Chilibre, Praderas de San Antonio y Chivo-Chivo.
El director general del Sinaproc, Arturo Alvarado, declaró estas áreas zonas de desastre, pues demostraron tener una alta vulnerabilidad ante eventos naturales. Hoy, el Sinaproc y el Mivi proporcionarán enseres y artículos de uso básico a las familias que sufrieron pérdidas parciales. Los damnificados –que quedaron sin nada– tendrían que esperar hasta ser reubicados.
