EU financia instalaciones militares en Panamá

EU financia instalaciones militares en Panamá


Según documentos obtenidos por una agrupación pacifista en Estados Unidos (EU), militares estadounidenses han invertido millones de dólares en la construcción de instalaciones en Panamá y han utilizado en el país aviones de espionaje sin tripulación (drones, según se dice en inglés).

Pero el Gobierno estadounidense insiste en que estas no son “bases” suyas, sino asistencia que el Comando brinda, a petición de Panamá, en la construcción de “estaciones aeronavales” que solo serán utilizadas por las fuerzas panameñas de seguridad. “No se asignará personal militar de EU ni ningún otro personal del Gobierno de EU a estos sitios una vez termine la construcción”, afirmó un funcionario estadounidense.

En cuanto a los drones, que formalmente se llaman “Vehículos aéreos no tripulados” (UAV), el funcionario señaló que se trataba de un “experimento” hecho entre junio y septiembre de 2010, “para probar la capacidad de la aeronave +++ buscar barcos involucrados en el tráfico ilícito”.

Los vuelos operaron desde el aeropuerto de Tocumen, para lo cual se contrató a Stark Aerospace (una división de Israel Aerospace Industries). No obstante, los estadounidenses sostienen que los funcionarios del Senan (Servicio Nacional Aeronaval) estaban en control de las misiones y que todo fue debidamente coordinado con las autoridades panameñas.

“El UAV no portaba armas y solo fue utilizado para observar las rutas del tráfico de drogas”, precisó el funcionario estadounidense.

John Lindsay-Poland, autor del libro Emperadores en la jungla y director de la agrupación pacifista Fellowship of Reconciliation, es quien ha venido investigando el asunto. Según él, los documentos indican que “EU está violando encubiertamente el espíritu de los tratados Torrijos-Carter, al continuar sus actividades militares a través de contratistas privados en Panamá”.

Según su análisis de los documentos obtenidos, el Departamento de Defensa de EU ha firmado 715 contratos ligados con Panamá desde 1999, cuando por tratado se retiró la presencia militar estadounidense del istmo. (Los documentos están disponibles en www.usaspending.gov).

Para 2011, según Lindsay-Poland, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército Estadounidense [U.S. Army Corps of Engineers] está planeando construir instalaciones en Isla Grande, Puerto Obaldía y El Porvenir. Los documentos describen estas instalaciones como “centros de operaciones/barracas de anti-narcoterrorismo”. Pero el Gobierno estadounidense señaló a este diario que estos proyectos no se han aprobado todavía; si se llegan a construir, señaló el funcionario estadounidense, la obra será desarrollada principalmente por contratistas panameños.

Por otro lado, el funcionario confirmó que el Comando Sur está invirtiendo $6 millones en construir muelles y edificios en La Palma, Punta Coco y Puerto Piña, con el fin de facilitar que las autoridades panameñas hagan mejor patrullaje de las costas para prevenir el tráfico de drogas, armas, dinero y personas. Los documentos obtenidos por Lindsay-Poland señalan el monto y la fecha de cada contrato, pero no dan mayor detalle sobre cómo se manejarán las instalaciones.

Adicionalmente, Lindsay-Poland ha encontrado contratos para la construcción o renovación de instalaciones en Metetí, Yaviza y Rambala.

Otros documentos hablan también de la construcción de escuelas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense, pero el director de ese organismo ha dicho públicamente que cada uno de sus soldados –incluyendo los ingenieros, presumiblemente– tiene la misión de “recolectar información y/o proveer inteligencia”. Para Lindsay-Poland, esto revela “las dobles intenciones” de los militares estadounidenses cuando desarrollan proyectos supuestamente humanitarios.

Sumado a lo anterior, los documentos obtenidos por Lindsay-Poland muestran que EU ha continuado el programa de investigación tropical en Panamá, que antes se hacía bajo la tutela del Tropic Test Center, solo que ahora se lleva a cabo con empresas privadas.

Los documentos se refieren a contratos por 12 millo-nes de dólares con Kvaesner Process Services para “pruebas tropicales” en Panamá, y de 18 millones de dólares con Trax Internacional.

El Gobierno estadounidense, por medio de un funcionario, sostuvo que este programa es parte de las investigaciones que se hacen en cuatro ambientes tropicales de alta humedad (Panamá, Honduras, Surinam, y Hawai).

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