En el Ministerio de Educación (Meduca) pareciera que se ha declarado una guerra contra la educación sexual y reproductiva.
Una batalla que por un lado tiene a las autoridades educativas apostando por la educación en valores y la dignidad femenina y, por el otro, a las organizaciones de la sociedad civil organizada que plantean la necesidad de brindarles a los jóvenes toda la información que requieren para llevar una vida sexual saludable.
“Resulta que desde el momento de la llegada de esta nueva gestión, son más difíciles los trámites que antes no eran tan burocráticos para impartir educación en sexualidad y realizar actividades masivas de prevención”, señaló Rubiela Sánchez, miembro de la Coalición Panameña por la Educación Integral en Sexualidad (Cpeis), de la que forman parte unos 16 organismos.
Luis Soane, coordinador de la Cpeis y miembro del grupo Génesis, indicó que el Meduca nunca les ha permitido hablar libremente sobre el tema de la sexualidad, porque considera que no tienen el enfoque adecuado, y es por eso que, cuando logran acceder a una escuela, es porque previamente han presentado el contenido de las charlas y recibido la aprobación de la entidad.
Para Aid for Aids, organización internacional que busca mejorar la calidad de vida de las personas que viven con VIH, y otro de los grupos de Cpeis, el trabajo en las escuelas se hizo imposible.
“El programa se inició en 2006, pero con el cambio de gobierno en 2009 se nos impidió seguir trabajando en los centros educativos”, explicó Carlos Pavel Smith, coordinador del programa de prevención ¿Cuánto sabes de VIH y sida?
Aid for Aids alcanzó a trabajar en institutos como el Rubiano, América, Fermín Naudeau, Nacional y el colegio José Remón Cantera, en los que formaron a jóvenes como agentes multiplicadores en temas como la prevención, las pruebas y el cuidado del VIH.
También se les habló del estigma, lo que a menudo es un obstáculo para que las personas se hagan la prueba y se traten, dijo.
En 2009, la organización estaba apostando por un programa más ambicioso que consistía en capacitar a cerca de 600 docentes para que fuesen ellos quienes brindaran directamente los conocimientos a sus estudiantes.
Smith cuenta que se realizó un primer taller en junio de 2009, en el cual participaron 30 educadores. “Lamentablemente, después del primer taller no pudimos retomar el trabajo”, comentó.
La restricción de visitas a los colegios para Aid for Aids fue transmitida verbalmente por la directora de la Oficina de Educación en Población y Desarrollo Humano del Meduca, Elizabeth Quintero, con quien este medio intentó concretar una entrevista, sin éxito.
Pese a los obstáculos, Rubiela Sánchez aseguró que las organizaciones que lideran los procesos de los derechos sexuales y derechos reproductivos en el país, todavía realizan algunas capacitaciones en centros educativos “porque son los directores y directoras las que nos invitan”.
Pero, como dice Soane, no es suficiente; la prevención contra el VIH en las aulas de clases es una opción cuyo potencial aún no ha sido aprovechado, añadió.
En ese sentido, explicó, la experiencia internacional sobre sexualidad y prevención del VIH con programas escolares es amplia, e indica que se puede tener un impacto positivo en los jóvenes al momento de iniciar su actividad sexual. Por supuesto, estos proyectos no han estado exentos de controversia.
Según Sánchez, lo que actualmente hay en el Meduca es un programa de formación para mujeres jóvenes –“Dignas y decentes”– que hace hincapié en la abstinencia “y no en una educación integral”.
“Nosotros lo que buscamos –y la ministra ha sido muy enfática– es que el alumno tenga un proyecto de vida saludable...”, explicó la viceministra de Educación, Mirna de Crespo. “Que no sea que se le enseñe a prevenir el embarazo, sino a esperar a tener una relación cuando tiene la madurez emocional para enfrentarse a ese tipo de relación”, agregó.
“Que la mujer tenga capacidad de decisión, y que su formación la lleve a saber que debe esperar”, puntualizó la funcionaria.