Alexis Correa fue detenido hace algunas semanas, a la fuerza, por policías y vecinos cansados de que los amenazara con matarlos.
Se mostraba agresivo, blandiendo un machete, y así andaba por los montes, por los caminos rurales y hasta por la propia carretera que cruza el corregimiento de Meseta, en el distrito de Boquerón, provincia de Chiriquí.
Fue el terror de la población por más de 10 meses. “Amenazó con envenenar los pozos de donde sacamos el agua y con dos machetes andaba por los potreros persiguiendo a la gente”, dijo Pura Corella, una residente de la zona.
Su captura no fue nada fácil. La policía demoró dos horas en reducirlo. Antes, a quienes trataron de detenerlo, los había sacado de su patio empuñando su machete marca Collins. En la huida, uno de los policías, asustado, hasta dejó caer su radio de comunicación.
Dicen que se escapó de la cama del hospital una noche y hubo que llevarlo de vuelta a la sala psiquiátrica con mucho cuidado.