Con fondos del Tesoro Nacional y sin “cumplir el camino normal” para una interconexión con el sistema eléctrico, la Empresa de Transmisión Eléctrica S.A. (Etesa) concretó la construcción de la subestación eléctrica de San Bartolo, en Veraguas, que beneficia proyectos hidroeléctricos ligados al expresidente Ricardo Martinelli y a dos de sus hijos.
El administrador de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos, Roberto Meana, explicó ayer que la subestación de San Bartolo no formaba parte del plan de expansión de Etesa, pero la pasada administración de esa empresa decidió construirla con fondos del Estado.
Esta subestación fue construida a un costo de $13 millones, para beneficiar a los proyectos hidroeléctricos de San Bartolo y Las Cruces, en la cuenca del río San Pablo, en Veraguas, en los cuales tienen participación accionaria el expresidente Martinelli y sus hijos Luis Enrique y Ricardo Alberto.
Meana explicó que como esta subestación no formaba parte del plan de expansión de Etesa, se construyó con fondos estatales, como una inversión de carácter “estratégico”, lo que significa que ese dinero no se puede recuperar como parte de la tarifa de transmisión que se cobra a los clientes.
Consultado al respecto, el gerente de Etesa, Iván Barría, dijo que la decisión fue aprobada por la directiva anterior y a través de un convenio que firmó el exministro de Economía y Finanzas Frank De Lima.
ASEP APUNTA A ETESA POR PROYECTO SAN BARTOLO
Durante la tarde del 26 de febrero de 2013 el Consejo de Gabinete –presidido por el entonces mandatario Ricardo Martinelli– aprobó una resolución en la que autorizó la celebración de un acuerdo de cooperación entre el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y la Empresa de Trasmisión Eléctrica, S.A. (Etesa). Martinelli sabía que lo aprobado era para su propio beneficio: Etesa construiría una subestación eléctrica ubicada en la provincia de Veraguas con una inversión aproximada de $13 millones que serviría para transportar la energía que produciría la planta hidroeléctrica de San Bartolo, con capacidad de 80 megavatios (MW).
La iniciativa fue llevada al Gabinete por el entonces ministro de Economía y Finanzas, Frank De Lima, quien estuvo acompañado por Fernando Marciscano, ex gerente general de Etesa.
La construcción de la nueva subestación eléctrica fue calificada como “estratégica y prioritaria” para promover los proyectos de generación de energía. Pero lo que desconocía la ciudadanía era que esa subestación serviría para ahorrar millones de dólares a los dueños de dos proyectos hidráulicos en las cercanías del San Bartolo. Se trata de las hidroeléctricas de San Bartolo y Las Cruces en la cuenca del río San Pablo, en la provincia de Veraguas.
Con la subestación de San Bartolo, ambas hidroeléctricas se conectarían al sistema eléctrico nacional con la subestación de Llano Sánchez en Aguadulce, provincia de Coclé. Hasta aquí la aprobación de la resolución del Gabinete no levantaría sospecha.
De acuerdo con investigaciones recientes, el exmandatario junto con sus dos hijos, Ricardo Alberto y Luis Enrique Martinelli Linares, y el empresario Navin Bhakta figuran como accionistas de la empresa Corporación de Energía del Istmo Ltd., que desarrolla los dos proyectos hidroeléctricos de San Bartolo y Las Cruces en Veraguas, beneficiados con la construcción de la subestación por parte de Etesa.
Además, Corporación de Energía del Istmo fue alimentada con dinero proveniente de Cobranzas del Istmo, S.A., un concesionario del Estado que ahora investiga el Ministerio Público (MP) por una probable lesión al patrimonio del Estado en el cobro irregular de morosidad en impuestos. El hoy expresidente, sus dos hijos y socios lograron información privilegiada que les permitió proyectar desarrollos hidráulicos en Las Cruces y San Bartolo, de 19.8 MW y 19.4 MW, respectivamente.
Por estos hechos el MP abrió una investigación de oficio.
El administrador general de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (Asep), Roberto Meana, explicó ayer que la subestación de San Bartolo no formaba parte del plan de expansión de Etesa, sino que se incluyó como una inversión de carácter “estratégico”, por lo que su costo fue sufragado con fondos públicos.
Meana indicó que el Decreto Ejecutivo No. 22 de 1998 por medio del cual se reglamenta la Ley 6 de 1997, “que dicta el marco regulatorio e institucional para la prestación del servicio público de electricidad”, señala el procedimiento para construir las subestaciones.
Interrogado sobre si hubo anomalías en la decisión de Etesa de construir la subestación de San Bartolo, indicó que el “camino normal” es que Etesa debe elaborar cada cuatro años un plan de expansión para el sistema eléctrico en el que anuncia las subestaciones que se van a construir.
Meana añadió que corresponde a Etesa responder por qué decidió construir esta obra sin que figurara en el plan de expansión, ya que la Asep solo verifica que las empresas concesionarias cumplan con los requisitos para desarrollar un proyecto.
El artículo 46 del Decreto 22 de 1998 establece que “La Empresa de Transmisión Eléctrica tiene la obligación de realizar las obras que se encuentren incluidas en el Plan de Expansión aprobado por el Ente Regulador, necesarias para atender el crecimiento de la demanda. La construcción de tales obras se deberá realizar a través de un proceso competitivo de libre concurrencia, que cumpla con los parámetros y procedimientos establecidos por el Ente Regulador. En aquellos casos de ampliaciones o adiciones de la red que no estén incluidas en el Plan de Expansión, requeridas para atender las necesidades de agentes existentes o nuevos agentes, la Empresa de Transmisión no está obligada a construir tales ampliaciones o adiciones. Sin embargo, la Empresa de Transmisión tiene la opción de desarrollar tales ampliaciones o adiciones, previo acuerdo con los respectivos agentes, para la cual podrá exigir al interesado una contribución, con carácter reembolsable que cubra el financiamiento de las mismas”.
VERSIÓN DE ETESA
Consultado sobre el desarrollo de esta subestación, el actual gerente de Etesa, Iván Barría, dijo que este proyecto fue autorizado por la pasada junta directiva, integrada por cinco miembros y presidida por el entonces titular del MEF Frank De Lima.
Manifestó que se forzó la construcción de esta subestación y se dejaron de hacer inversiones en otros proyectos que sí estaban en el plan de expansión de transmisión eléctrica.