Este año, los 688 mil 149 alumnos que según el Ministerio de Educación asistirán a los planteles oficiales del país empiezan clases con mochila, útiles, libros y cuadernos proporcionados por el Gobierno.
Pero las mochilas, suministradas gratuitamente a través del Fondo de Inversión Social (FIS), probablemente no durarán el año.
Ayer, la propia ministra de Educación, Lucy Molinar, reconoció que “es verdad que estas no son las mochilas de mejor calidad del mercado. No lo son, porque si no no podías llegar a todos”.
Por cada maleta, incluidos los útiles escolares, el Gobierno pagó $2. En total se invirtió $1.6 millón en mochilas y $792 mil en útiles. Ese dinero forma parte de los $40 millones destinados a la compra de estos insumos, más el bono de $20 para el uniforme escolar.
Félix Fernández Miranda, presidente de la empresa proveedora de las mochilas, EM-Y-M-, S.A., coincidió con la ministra en que: “para el precio que se pagó es muy buena, pero no deja de ser una mochila de $2. No la puedes comparar con una de $15”.
El contenido de las maletas varía según el nivel escolar. Para los de preescolar, por ejemplo, tienen crayones. Y aunque los estudiantes recibirán textos escolares –entre cinco y seis, según el nivel–, estos no irán dentro de las maletas. Serán entregados por los directores de cada escuela.
Una alta funcionaria del Ministerio de Educación, que prefirió no revelar su identidad, dijo que los libros no fueron incluidos en las maletas porque su peso haría que se rompan.
El ministro de la Presidencia, Jimmy Papadimitriu, ha defendido a capa y espada la compra, aduciendo que al gobierno de Martín Torrijos (2004-2009) las mochilas le costaron $12.
