Jonathan Farrar culminó su misión en Panamá. El hombre que representó a Estados Unidos (EU) en el istmo desde mayo de 2012 tiene hoy el siguiente plan de vuelo: Panamá-Houston-Los Ángeles.
Dice que está triste, que extrañará a la gente de Panamá, el calor del trópico, la comida preparada con ingredientes naturales, el pescado frito “entero” y las giras a poblaciones remotas del interior del país.
En la maleta lleva un poco de la tierra del Canal. Obras de arte. Un cuadro de Eduardo Navarro y otro de Olga Sinclair. Artesanías de los emberás. “Muchas” molas adquiridas en Guna Yala, y su esposa Terry empacó tres vestidos que le confeccionaron en la comarca Ngabe Buglé.
Cauto, reservado, cuidadoso. Durante el período que estuvo en el país, Farrar se refugió con el velo de la diplomacia pura. Esquivó con habilidad los temas sensitivos. Cuando le preguntaban ¿cuál era su opinión sobre el deterioro de las instituciones? siempre respondió con esta frase: “tenemos mucha confianza en la institucionalidad democrática en Panamá”.
En esta última entrevista horas antes de su partida, Farrar se anima a tratar algunos de los temas que en el pasado evitó. La transparencia, la justicia, la temida cancelación de las visas, Martinelli, entre otros asuntos.
Cuando se le pide que hable sobre cómo percibe la transparencia en Panamá, manifiesta que es un tema en el que “hay que seguir trabajando”. “Hay trabajo para hacer todavía”, agrega.
Y complementa: “Llevamos cuatro años o cinco años colaborando con la transición al sistema penal acusatorio. Es muy importante para fomentar la transparencia porque los procesos son mucho más rápidos y las audiencias son públicas, eso trae transparencia”.
¿Qué puede aportar EU a Panamá en términos de transparencia?
Todos los países tienen el mismo desafío en eso. El sistema legal de nosotros da unas ventajas, pero aun así tenemos problemas también. Tenemos leyes firmes y creo que estas son importantes para prevenir la corrupción que viene del sector privado al sector público. Y esto aplica también a nuestras compañías, tanto en EU como en el exterior. Ese tipo de leyes son importantes, pero tienen que ser respetadas.
¿Por qué empresas de su país no participan en procesos de licitación en Panamá?
En los últimos años del gobierno anterior muchas empresas americanas decidieron no participar por dos razones: una, pensaban que no tenían una oportunidad real de competir. Y dos, temían que iban a ponerse en problemas con estas leyes [contra la corrupción] que acabo de mencionar. Recuperar este interés toma su tiempo. Creo que el país [Panamá] tiene que demostrar en el exterior que están tomando en serio cambios.
¿Qué recomienda?
Hay que demostrar que las cosas han cambiado. Hacer licitaciones públicas. Que demuestren que las reglas del juego son claras y que realmente hay una oportunidad para competir.
¿Revocar visas en qué medida ayuda a la lucha anticorrupción?
Para nosotros es un tema de cumplir con nuestras las leyes Somos muy firmes en eso, y si hay personas vinculadas a casos de corrupción bajo nuestras leyes no son elegibles para tener una visa. Entonces seguimos el proceso para revocar la visa. Siempre nos comunicamos con la persona afectada y le damos la oportunidad de venir y pedir una explicación.
¿Puede esta persona recuperar la visa?
Siempre hay la posibilidad de solicitar una visa nueva, porque las circunstancias cambian. Si una persona está investigada y si después se determina que la persona es inocente, diría yo...califica para solicitar una visa.
¿Qué piensa de las investigaciones que adelantan las fiscalías anticorrupción y que involucran a exfuncionarios?
No creo que sea mi función evaluar el trabajo de fiscales. Veo que están investigando, y si necesitan de la colaboración de nosotros, hay canales para esto. Estamos abiertos a colaborar.
¿Cuál es su opinión de la gestión del expresidente Ricardo Martinelli?
En el área de seguridad y soberanía, la administración anterior hizo un buen trabajo en recuperar territorio en Darién, que antes tenían la influencia de las Farc [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] y el crimen organizado. Se está demostrando ahora que había problemas en el área de la transparencia. Es muy importante para el país mejorar la transparencia y que el sistema jurídico pueda funcionar.
El expresidente Martinelli está en EU, mientras aquí en Panamá está siendo investigando por supuestos casos de corrupción. La gente se pregunta ¿por qué EU no hace nada?
Hay que ver como evolucionan las investigaciones. Si llega el momento en que Panamá quiere pedirnos colaboración, hay canales muy bien definidos por medio de la embajada. Estamos dispuestos a colaborar.
¿Qué piensa de la administración de Juan Carlos Varela?
Ha comenzado por el camino correcto. Están tratando de hacer las cosas de una manera transparente. Es muy importante seguir en eso. Y no solo decir que los procesos van a ser transparentes. Hay que demostrarlo, y eso es lo que están
tratando. Nosotros como país amigo estamos listos para colaborar.
LA SOCIEDAD CIVIL
Recomienda que Panamá apoye a las organizaciones civiles, sector de la sociedad con el que conectó muy bien en su paso por Panamá.
Durante sus primeros meses en el país se reunió con todos: partidos políticos, gremios empresariales, el sector profesional, las iglesias y ambientalistas.
“Los gobiernos no lo pueden hacer todo”, manifestó. Recordó que trabajó junto a la Comisión de Justicia y Paz, en las elecciones del 4 de mayo de 2014. A propósito de esos comicios, Farrar asegura que cuando le preguntan ¿cuál es la experiencia que más le impactó en Panamá? él responde, que las elecciones.
“Panamá le dio una lección a todo el hemisferio ese día”, argumenta. “Nos quedamos impresionados del ambiente ...era casi una fiesta democrática. No había tensión ni rencores”, dice.
Se va agradeciéndole a Panamá las oportunidades que le dio. Las puertas que le abrió. Comentó que alguien le dijo que como exembajador en el país él podía pedir la residencia panameña. Lo está contemplado.
Por lo pronto se irá a Los Ángeles, su ciudad natal; luego viajará a Connecticut a visitar a uno de sus hijos para para, posteriormente, trasladarse a Washington. Allí esperará su próxima misión.