Son días difíciles para el Gobierno. Luego de un mes de desgaste político, la Ley del Seguro Social ha vuelto a foja cero. La popularidad del presidente, Martín Torrijos, se ha desplomado y para sumar conflictos — como si faltaran— dirigentes de peso del PRD volvieron públicas las diferencias que, hasta ahora, se mantenían latentes y retenidas hacia el interior del partido.
"Les pido a los muchos militantes del PRD que marchan contra la ley del Seguro que lleven las banderas del partido a las manifestaciones", reclama Mitchell Doens. El PRD no tiene por qué pagar los costos políticos por decisiones de "tecnócratas".
Ernesto Pérez Balladares también ha decidido jugar un rol más crítico del que tomó durante la pasada reforma fiscal, a la que apoyó con timidez. Esta vez, decidió no "regalarle" la foto al Gobierno y hasta se animó a decir que esta reforma "sólo es un parche".
Y, además, criticó a los que indirectamente lo acusan de no haber hecho nada para salvar a la Caja. "Culpar a los gobiernos anteriores es una forma de escapar a lo que debemos hacer hoy", explicó.
Desde el Gobierno, la ministra Balbina Herrera desestima cualquier crisis o disputa interna en el PRD. "Son opiniones de hombres del partido y no hay que escandalizarse. Todos tenemos derecho a decir lo que pensamos. Eso no significa que, orgánicamente, el PRD esté discutiendo estos temas", señala. A su vez, en la bancada oficialista de la Asamblea, el descontento también parece crecer. Los diputados del PRD siguieron las directrices del Presidente, aprobaron la hoy Ley 17 a toda velocidad ante el descontento general. Ahora ven cómo esa ley –que a algunos les costará la reelección– se suspende para discutirse fuera de la Asamblea.
(Vea 6A)