El estruendo de los voladores anuncia a la comunidad de La Miel, en Las Tablas, el inicio de la tradicional hierra anual de Nenito Vargas. El anfitrión construye el corral, cede los novillos y, para los más valientes, un puñado de toros.
De repente, se escucha al animador gritar por el altoparlante: "Allí vemos al jinete preparando su cabalgadura... un excelente caballo cuarto de milla... Se prepara el jinete, pide puerta, sale la res… ¡Allí va, cola en mano, tumba la res y vuelta campanaaa!".
En una hierra, los jinetes pagan por cada intento. Para obtener puntos, deben agarrar al animal por el rabo y tumbarlo, haciéndolo rodar sobre su espalda y desplegar sus cuatro patas en el aire. A esta maniobra se le llama "vuelta campana". Al final, se suman los puntos y se premia a los ganadores.
Mientras los jinetes seguían tumbando ganado, a un costado de la pista, un contagioso tamborito –a cargo de Mama Chencha– amenizaba la tarde. Al fondo, en el toldo principal, Tano Mojica, Lily Samaniego, Rubén Moreno y Toñito Vargas se enfrentaban en una cantadera. En las guitarras, Sergio Cortés y Raúl Mendoza, acompañados de Luris Villarreal en el violín.
No faltó la fonda, donde el público es atraído por el aroma del puerco frito y donde el maíz llega sin pelar y sale convertido en torrejitas.
La hierra en La Miel culminó con un baile de los Plumas Negras, en el que el público gozó hasta el amanecer.
Fotos y Texto: Alexander Arosemena aarosemen@prensa.com