Desde 2003, la Escuela Nacional de Ciegos Helen Keller alimentaba un sueño que hasta ayer se hizo realidad: crear un aula de psicomotricidad en el Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE).
“Es la primera vez que se crea una en el país”, dijo Maritza Hernández, psicomotricista y educadora especial del IPHE. “Es algo a lo que no se le había dado importancia hasta ahora”, agregó.
Esta nueva sección brindará a los niños que tienen algún tipo de discapacidad –como pérdida visual y auditiva, autismo y retardo mental–, la oportunidad de desarrollar mejor sus funciones motrices y psíquicas.
Hernández indicó que, con este programa, los niños de meses hasta los 12 años trabajarán sus sentidos y movimientos por medio de juegos sensorio-motrices.
Ara Ramos, directora de la Escuela Nacional de Ciegos, dijo que las terapias en la nueva aula mejorarán la vida de los niños con discapacidad, incluso de los que tengan necesidades especiales. La idea es extender este programa a todo el país.
El aula de psicomotricidad, cuyo costo asciende a $6 mil 500, fue posible gracias al apoyo de la Fundación San Juan Bosco que adoptó el proyecto en mayo pasado.
Más de 150 niños se beneficiarán. Milagros, de tres años, forma parte de este grupo. Su tía explicó que la niña, por ser prematura, nació con muchas complicaciones que ha ido superando, pero tiene pérdida visual, por lo que considera que la nueva aula le ayudará para desenvolverse en la vida.
Carmen García de Paredes, de la Fundación San Juan Bosco, señaló que el nuevo salón ayudará a los infantes a tener balance, percepción de espacio y desarrollo en general, algo que no se les ofrecía hasta ahora.