Miguel J. Moreno, 47 años después

Miguel J. Moreno, 47 años después


Un 3 de abril de hace exactamente 47 años, Panamá ganaba una dura y vital batalla en la lucha por la ansiada soberanía total sobre su territorio.

Ese día, en la solemne Sala del Consejo de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la fría capital de la potencia que había plantado con soberbia su bandera en el istmo panameño, Miguel J. Moreno –que ese día cumplía 50 años – firmaba, junto a Ellsworth Bunker, un documento por el que se restablecían las relaciones diplomáticas entre Panamá y Estados Unidos, rotas por decisión del entonces presidente Roberto F. Chiari, tras los trágicos sucesos del 9 de enero de 1964.

Habían transcurrido tres meses desde que un pequeño país, identificado con sorna como una “república bananera”, le había plantado cara al imperio y, con una dignidad que estos días se echa mucho en falta, había puesto como condición ineludible para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, que Estados Unidos accediera a negociar un nuevo convenio canalero que eliminara las causas de conflicto existentes entre ambos países desde la firma del infame tratado Hay-Buneau Varilla, aquel triste 18 de noviembre de 1903.

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