Niñez amenazada por la moda

Niñez amenazada por la moda


Las blusas escotadas, o la espalda descubierta, los tubos, camisetas con un solo hombro, mucho brillo, pantalones a la cadera o pegados en las piernas, es lo que está de moda entre los adultos, pero también es el atractivo para las niñas, que a veces exigen vestirse así.

Ello genera, en ocasiones, serias discusiones en el hogar, donde las pequeñas buscan imponer su criterio a la hora de vestir.

Irina Chan dice que tiene frecuentemente una lucha con su hija de 11 años.

La niña busca ponerse lo último de la moda y su madre intenta hallar un intermedio entre los gustos de su hija y lo que ella considera apropiado para su edad.

“Casi todas las niñas a esa edad andan con suéteres llenos de brillantes y lentejuelas y quieren un short color blanco”, explica Irina, y lo combinan con botas a la rodilla o zapatillas de colores.

Ahora no les gusta ponerse vestidos como antes, sino lucir como artistas.

“A mí no me gusta y no la dejo, pero me dice que ella ya puede escoger. Pienso que esa moda es para niñas más grandes, de preadolescentes”, expresó Chan.

Una historia diferente vive Dalys Gil, con su pequeña Eimy de 10 años.

Aunque sus amigas visten igual que sus madres con ropa ceñida al cuerpo, a Eimy le encanta la ropa infantil y le pide a Gil que no le compre faldas muy cortas ni blusas de tiritas o sin hombros, pero para su madre el problema es encontrarlas.

Siempre ve la misma oferta: el estilo de los adultos, pero en tallas pequeñas. Gil y Chan coinciden en que la ropa adecuada hay que rebuscarla y cuesta más.

Con esta prisa por crecer, hasta la forma de celebrar los cumpleaños cambió. En algunos casos la música estridente de regué y rock sustituye la música infantil.

Desde los nueve años celebran en chiva parrandera, un bus con música en el que bailan, pero a diferencia de los adultos no les dan licor; o salen con amigos, en lugar de compartir con la familia.

La juventud prematura proviene de “esa moda”, explica el profesor de sociología de la Universidad de Panamá Bolívar Franco.

El experto enfatiza en que cada etapa de la vida tiene su vestimenta y comportamiento; y disfrazarlos de adultos causa que asuman esos roles sin tener madurez, lo que es peligroso porque se genera precocidad sexual.

Expertos lo atribuyen a la publicidad y al alto consumo, aunado a la educación de los padres que lo permiten.

Esta realidad se ve desde tempranas edades. La sobrina de Jiriani de Laffo, de seis años, dice sentirse ridícula con un vestido, y prefiere sandalias con tacón, licra o jeans y camisetas. Según ella, porque a los niños de su edad les está gustando más las series de adolescentes de Disney que las cómicas.

Algunos comerciantes están conscientes de esta situación. En la tienda El Wekito las madres piden mucho botas para niñas y trajecitos. “Depende de su economía”, dijo Corin de Angel, administradora.

La moda también cambió para los niños. Es similar a la de adolescentes en patinetas: pantalones pegados y suéteres estampados con una camiseta abierta, según Poppys. No quieren ser tan clásicos como los papás.

Un sondeo no científico realizado por este diario indica que de 171 personas consultadas, 85% dijo que los niños sí prefieren vestirse como adultos, y no usar la ropa tradicional.

De 24 comentarios, 16 culpan a los padres de esta conducta.

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