El ex dictador panameño Manuel Noriega, quien permanece recluido en la prisión La Santé, en París, Francia, está “muy débil”, no ha recibido aún visitas de sus familiares y pidió conversar nuevamente con el cónsul Aristides Gómez.
Olivier Metzner, uno de los abogados del ex dictador que llegó el martes a Francia extraditado desde Miami, Estados Unidos, dijo que vio ayer a un Noriega “acabado” en la prisión, según entrevista concedida a Reuters.
“Encontré a un hombre que está muy débil, que tiene muchos problemas para bajar las escaleras que llevan a la sala de reuniones de los abogados, y tiene muchos problemas para volver a subir las escaleras”, dijo el abogado Metzner a Reuters.
Francia condenó a Noriega a 10 años de cárcel en 1999 por lavado de dinero, pero las autoridades judiciales de ese país han ofrecido hacerle un nuevo juicio.
Noriega ya fue juzgado y condenado a 40 años de cárcel en un tribunal de Miami en 1992 por narcotráfico, lavado de dinero y chantaje. Su sentencia fue rebajada primero a 30 años y luego a 20 “por buena conducta”. En septiembre de 2007 cumplió 17 años de prisión.
El cónsul de Panamá en París, Aristides Gómez, informó que hoy visitará nuevamente a Noriega en La Santé, tras un pedido que le hizo el propio ex dictador. Gómez dijo desconocer los motivos del pedido, pero afirmó que tratará de hacerle las visitas que pueda para cumplir “con una misión humanitaria”, como le corresponde a los consulados.
A pesar de versiones en contrario que circularon en el país, el cónsul aseguró que las hijas del ex general, Thays, Lorena y Sandra, no han llegado a Francia ni tampoco su esposa Felicidad Sieiro de Noriega, sobre quien pesa una orden de arresto en ese país por blanqueo de dinero desde 1999. No obstante, de las 61 solicitudes de captura que Panamá mantiene actualmente de la Interpol, no aparece el nombre de la esposa de Noriega.