Después de solo ocho meses de los cruentos disturbios de julio pasado, que dejaron dos muertos y 700 heridos, ayer indígenas y agentes policiales chocaron en las calles de Changuinola, lo que dejó varios heridos y destrozos a un comercio y al cuartel de policía local.
El incidente, que no se generó por el rechazo a la ley chorizo o contra las reformas mineras, se produjo a eso de las 4:00 a.m. en las afueras del jardín Tito Moy, en la terminal de transporte, donde dos mujeres reñían.
Abelardo Santos, testigo del incidente, narró que en vista de que ninguna cejaba en su agresividad, se llamó a la fuerza pública para calmar los ánimos. Sin embargo, según Santos, su intervención no fue afortunada, ya que los cuatro agentes policiales llegaron repartiendo toletazos y gas pimienta a las contendoras, lo que enardeció a un grupo de espectadores que empezó una pedrea contra los policías. Ante la lluvia de piedras, los agentes se replegaron hacia el cuartel de policía cercano, por lo que debieron entrar en acción agentes antidisturbios, quienes lograron arrestar a 10 indígenas.
Según Santos, luego de varias horas de enfrentamiento, los aún furiosos protestantes exigían a gritos la liberación de sus amigos, lo que ocurrió a las 7:00 a.m., y los ánimos se calmaron.
Al respecto, el jefe de la Policía Nacional, en Bocas del Toro, Eliseo Aguirre, aseguró que no hubo abuso de autoridad de parte de los uniformados, pero admitió que cuando se trata de una riña los agentes deben emplear la fuerza para restablecer el orden público.
Aguirre aclaró que tras la intervención de la fuerza pública, el sargento segundo Benicio Cepeda resultó con heridas de consideración en la cabeza, luego de recibir unos botellazos, al igual que dos agentes más.