ABUSO. Cuando uno creía que nada más terrible podría pasarle a esta ciudad tan abusada, pues resulta que hay más. Ahora le ha llegado el turno a las “megapantallas”. Si, esas mismas que el señor alcalde anunció que pondría por toda la cinta costera. Bueno, parece que la idea les gustó a los exitosos cines de la Avenida Balboa. Allí, en la curumbita de las nuevas estructuras, hizo hace semanas su aparición una enorme, luminosa y agresiva pantalla, para sorpresa y disgusto de los vecinos. Parece mentira que se trate de las mismas personas que se unieron a los ciudadanos en la protesta por el relleno marino que pretendía hacer Multicentro.
Tras ganar esa batalla, emprendieron una remodelación que se llevó por delante la línea de construcción existente, con la consecuente servidumbre, espacio público, etc. etc. Hoy, el edificio que alberga a los cines, salas de juegos y otras rentables yerbas, llega prácticamente hasta la calle. ¿Qué ingeniero municipal le habrá dado los permisos? Y como los malos ejemplos suelen cundir, ahora apareció otra en Vía España, en una de las tan populares y rentables salas de juego que han proliferado por la ciudad. Se trata de un área donde el sentido común más elemental indica que no se puede poner un letrero luminoso más. Sin embargo, allí está la nueva pantalla para orgullo de alguien. Probablemente del señor alcalde.
El caos que reina en la capital solo es comparable con el tamaño de la indiferencia de nuestras autoridades locales, para quienes hay que redefinir el concepto de “tocar fondo”. Para don Bosco, siempre hay más espacio para descender en el desastre. No en vano, una de las empresas que presta el servicio de telefonía celular y que ha llenado el país de antenas, se atreve sin pudor alguno a anunciar en un diario local, una consulta ciudadana para el área de Veracruz, en un anuncio de una pulgada de ancho por dos de alto. Es decir, casi del tamaño de una estampilla. ¿Se habrá enterado alguien?
