DISPARATE. Este es, sin duda, el país del absurdo superlativo. El exceso de lluvias ha provocado la falta de agua. Así de paradójico. En realidad, la alta turbiedad que trajo como consecuencia la drástica reducción de la producción de agua potable no se debe a la cantidad de lluvia que se nos vino encima. La situación que tiene en problemas a la potabilizadora de Chilibre es la terrible sedimentación que ocasiona la generalizada deforestación y destrucción de la capa vegetal. Además del impacto que esto tiene en la producción de agua, hay otra trágica arista: estamos perdiendo sin remedio esa valiosa tierra que tantos años demora en formarse.
Por ello, resulta paradójico el silencio de los señores de la Anam... nada hemos oído sobre las implicaciones ambientales de la tragedia que se vive estos días. A ver si se dan una vueltecita por las cuencas de esos ríos que se desbordaron... seguramente encontrarán bellezas. Y hablando de bellezas, parece que justamente eso es lo que piensa Gustavo Pérez del carro deportivo del señor Murcia. Tan “bello”, que ha decidido convertirlo en el “baticoche” de la Policía para desfiles y exhibiciones. ¿Qué mensaje le querrá transmitir el jefe de los policías a la juventud panameña? ¿Que tener un costoso carro deportivo debe ser un objetivo en la vida? Lo dicho: un disparate más. Y finalmente, la cereza de este disparatado pastel: la farsa en que se ha convertido el teletón. De ser un proyecto ciudadano y empresarial para apoyar al Estado en obras sociales, resulta que es el Estado el que financia el show mediático anual que, francamente, ha llegado a niveles insufribles, rozando lo vomitivo. ¡Tremendo disparate!
