MERCENARIO. Tras la tormenta viene la calma... o por lo menos, eso dicen. Lo cierto es que por estos lares, lo que hemos estado viviendo tras las tormentas de principio de diciembre pasado, no es precisamente vientos calmos. Por el contrario, a la falta de agua se suma la creciente intolerancia oficial que recuerda tiempos y maneras que pensábamos superados, y que, como es siempre posible con los fondos necesarios, cuenta estos días con un nuevo mercenario de la pluma –con título de periodista y rastreras pretensiones– para intentar tapar abusos y mediocridades.
No pudieron otros y tampoco podrán estos. Por el momento, parece que desde el Idaan descubrieron el cambio climático y sus efectos. Al menos ese es el argumento utilizado como propaganda para explicar la crisis. Es un inicio. Ahora falta que el tema sea incorporado a planes gubernamentales e inversiones, incluyendo el tema minero que, contra viento y marea, impulsa el gobierno del excelentísimo señor presidente, Ricardo Martinelli Berrocal (me estoy preparando para la ley mordaza). En la entrevista televisiva del pasado jueves, don Ricardo aludió a las lluvias de diciembre, pero nada dijo de la crisis ambiental que vive el planeta.
Nada. Ni una palabra... como si el asunto no fuera con Panamá, ni con él como mandatario. Bueno, al menos, doña Lucía Chandeck parece estar clara sobre el tema. Sus palabras durante el proceso de ratificación como nueva directora de la Anam fueron las correctas. Ahora habrá que esperar a ver si las honra o si, como hemos visto ya tanto, les pasa por encima.
