PREOCUPACIÓN. Ay la justicia... la justicia panameña. De todas las instituciones que son parte de una verdadera democracia, la administración de justicia –el Órgano Judicial y el Ministerio Público– constituye el pilar fundamental, pues es donde deben resolverse los conflictos y las violaciones a la ley. En fin, el lugar donde se acude para ubicar cada cosa en su lugar, castigando al que lo merece y dándole la razón a quien la tiene. Hoy vivimos un nuevo y lamentable episodio de una crisis que parece no tener fondo ni límite.
Desde la salida nunca claramente explicada de Rogelio Cruz del Ministerio Público, pasando por el inicio del paulatino y creciente fenómeno de destrucción de la independencia de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, tras los lamentables nombramientos hechos por el ex presidente Ernesto Pérez Balladares (sin mencionar lo hecho por la ex presidenta Mireya Moscoso, porque no tiene nombre), la cosa ha ido de mal en peor. Y ahora pareciera el acabose.
Este gobierno no solo está destruyendo la poca institucionalidad que quedaba en materia de justicia, sino que, francamente, está haciendo el ridículo. Nacional e internacional. ¡Ay si escucharan un poco! ¡Ay si entendieran que todo lo que sube, baja, y que la soberbia del poder es siempre mala consejera! Cuando eligieron al señor Giuseppe Bonissi para sustituir a Ana Matilde Gómez en el vital cargo de procurador general de la Nación, Panamá entero lo objetó.
El desastre ocurrido en el Ministerio Público durante su mandato, quedará registrado para la historia panameña en las hemerotecas. ¡Una lamentable historia de vergüenza! Cuando el Presidente designó a dos nuevos magistrados de la Corte Suprema después de sacarlos de su entorno más cercano, Panamá entero lo objetó. ¿Qué independencia tendrían estos caballeros para detener los abusos de poder que siempre se producen? El desenlace en ambos casos ha sido traumático, pero absolutamente predecible. ¿Y ahora qué? Hace tiempo ya que dejé de creer que se trataban de meras chapuzas de un grupo de personas que no entendía lo que significa el estado de derecho. Hace tiempo ya que estoy profundamente preocupada por el futuro de Panamá y su democracia.