Uno de cada 277 panameños se encuentra tras las rejas. Son 11 mil 550 los privados de libertad que pueblan las cárceles panameñas, de los cuales el 60% aún no ha sido condenado.
Además, las condiciones de vida en los centros de detención rozan lo inhumano, el hacinamiento es feroz y la sobrepoblación no da respiro.
Sin embargo, la cantidad de personas privadas de libertad por habitante indica un dato alarmante: en Panamá es mucho más factible que una persona termine en prisión que en la mayoría de los países de Latinoamérica.
En Costa Rica, por ejemplo, la tasa es de un preso por cada 659 habitantes. En México, un país con una "industria" criminal mucho más desarrollada que la panameña, es de un convicto por cada 547 personas. Lo mismo sucede en Brasil, donde hay 300 mil presos y la tasa de convictos es de uno por cada 620 habitantes.
Las causas
No son pocos los especialistas que señalan que la culpable de esta sobrepoblación es la prisión preventiva que, en Panamá -aseguran-, se daría con demasiada facilidad. Esta medida hace que los investigados aguarden el resultado de las pesquisas en prisión. Así es como el 60% de los detenidos panameños aún esperan sentencia. Es decir, son culpables hasta que prueben su inocencia.
No obstante, hay países que tienen menos presos que Panamá aunque su tasa de reclusos sin condena es mayor a la panameña. Argentina es un ejemplo claro: en sus cárceles hay un preso por cada 508 y sin embargo, el 90% de los 60 mil detenidos se encuentra esperando su sentencia. Lo mismo sucede en Venezuela, donde el 70% de los reclusos espera proceso, pero donde la cantidad de internos por habitantes es menor que la panameña.
Un estudio de la ONG Human Right Watch sobre las condiciones de vida en las cárceles latinoamericanas reveló que en los últimos años los presos de Latinoamérica fueron víctimas con frecuencia de trato inhumano. "Las condiciones penitenciarias y carcelarias fueron especialmente abusivas en Venezuela, Brasil, Haití, Panamá, Colombia y El Salvador. El crecimiento continuo de las poblaciones de reclusos exacerbó el hacinamiento. Sin embargo, en toda la región, las prisiones y las cárceles no estaban atestadas de presos condenados, sino de detenidos preventivos, lo que revertía la presunción de inocencia", señala el estudio.
Lo que no se puede responder con mucha facilidad es por qué en Panamá la tasa de presos es tan alta. Es improbable que el pueblo panameño tenga más inclinación a la delincuencia que otros pueblos. De hecho, los índices de inseguridad indican todo lo contrario: que Panamá no ha llegado a los niveles de violencia y delincuencia que sí tienen otros países de la región.
La voz de la autoridad
Para José Calderón, director del Servicio Penitenciario, en Panamá es "demasiada la incidencia de privación de libertad en relación con la calidad de delitos que nosotros vemos".
Calderón señala que los altos índices de reclusión están ligados también a las grandes diferencias económicas. En este sentido, los estudios lo apoyan: los países con peor distribución de ingresos en Latinoamérica muestran altos índices de reclusión. Y Panamá está al tope de ambos rankings.
"Hay una gran masa de personas que tiene muy escasos recursos y por eso una vida cotidiana con una dignidad personal muy vulnerada. Y es la dignidad de los ciudadanos la que condiciona sus valores morales", continúa Calderón. "Hay grupos muy grandes de personas cuyas vidas se alejan de la norma escrita. Siguen otras leyes. Hay un abismo entre los que más tienen y los que nada tienen. Y eso en un país cuyo ingreso per cápita no lo ubica como pobre. Es decir, Panamá no es pobre, es un país lleno de pobres. Algunos se animan a decir que la delincuencia no está ligada a la miseria. Yo creo que están equivocados. Y eso se comprueba fácilmente: la mayor cantidad de presos están detenidos por delitos contra el patrimonio. Y el rubro que le sigue es narcotráfico, que también está relacionado con la pobreza".
"Es más", insiste Calderón, "podemos llegar al colmo de encontrar grupos de presos qué, en términos habitacionales, les da igual estar en prisión que en libertad puesto que las condiciones de vida pueden ser similares, reconociendo las terribles condiciones de vida que hay que soportar en la mayoría de las cárceles panameñas", culmina el funcionario.
Por lo pronto, terminando agosto, el Servicio Penitenciario ya se gastó el presupuesto del 2005 que ascendía a 10 millones de dólares. Cada preso le está costando al Estado 67 dólares al mes, algo así como 2.25 dólares por día. Con ese presupuesto, las cárceles panameñas no pueden ser muy distintas de lo que son: un infierno.
DE RECLUSOS Y SENTENCIAS
.PANAMÁ: Un preso por cada 270 habitantes. 60% espera sentencia.
.ARGENTINA:Un preso cada 508 habitantes. El 90% de sus reclusos todavía no ha sido condenado.
.MÉXICO: Un preso cada 547 habitantes. El 43 % fue detenido preventivamente.
.COSTA RICA: Un preso por cada 659 habitantes. Sólo 10% de los reclusos están detenidos en espera de proceso.
.ECUADOR: Un preso cada 980 habitantes. El 70% fue detenido preventivamente.