Llegan sin avisar y no piden permiso para quedarse. Y por lo general, los recién llegados no son del agrado de los residentes del área, para quienes los visitantes se convierten en un verdadero dolor de cabeza, debido a su comportamiento y a sus hábitos.
En la barriada Altos del Chase, calle A, en el corregimiento de Bethania, por ejemplo, una casa de tres pisos lleva abandonada más de cuatro años, lo que mantiene preocupados a los vecinos.
Indigentes, drogadictos, alcohólicos, orates, se han apoderado de esta vivienda, que representa un peligro para la seguridad y salud de la comunidad, asegura uno de los vecinos afectados.
Entre las preocupaciones de los residentes del área está que la casa, que se encuentra en abandono, se presta para que los delincuentes se escondan y utilicen droga para luego “hacer sus fechorías”.
Además, la piscina de ese inmueble está llena de agua estancada -de color verde y olor nauseabundo-, lo que se ha constituido en la mayor preocupación de los residentes de Altos del Chase.
El tema fue atendido hace varios meses por las autoridades de Salud, después de muchas denuncias de la comunidad. Los funcionarios de Salud encontraron criaderos de mosquito Aedes aegypti. “Vinieron y la limpiaron, pero con el tiempo, todo ha seguido igual”, comentó una preocupada vecina.
Los residentes que denunciaron las anomalías, prefirieron la reserva de sus nombres por miedo a represalias por parte de personas violentas que vistan la propiedad.
Al igual que en Altos del Chase, en los corregimientos de Juan Díaz, El Chorrillo, Santa Ana, San Felipe Bella Vista o La Cresta, se pueden encontrar casas abandonadas que, la mayoría de las veces, están bajo un proceso legal, explicó Reynaldo Silva, asistente legal de la Coordinación de Corregidores de la Alcaldía de Panamá.
El funcionario alcaldicio explicó que la entidad no lleva estadísticas de cuántos casos de casas abandonadas se atienden en cada corregiduría del distrito de Panamá.
Según Silva, los residentes del área afectada deben denunciar la situación por escrito a la corregiduría más cercana, para que las autoridades locales procedan a ubicar a los dueños de los inmuebles.
El artículo 8 del decreto alcaldicio 1144, de 4 de abril de 2000, establece que las multas por inmuebles abandonados van de 10 dólares a cinco mil dólares, según la gravedad de la situación de abandono.
Los corregidores son los responsables de detectar este tipo de situaciones a través de rondas por las comunidades; sin embargo, no atienden denuncias telefónicas anónimas, advirtió.
