Perfil: Juan Carlos Varela Rodríguez

Perfil: Juan Carlos Varela Rodríguez


(Tomado del suplemento Perfiles que publicó La Prensa en su edición del 26 de marzo de 2014)

Desde su adolescencia siguió de cerca al Partido Panameñista, motivado –en parte– por la figura del expresidente Arnulfo Arias Madrid. En los comicios de 2009 resultó elegido vicepresidente de la República, tras aliarse con Cambio Democrático. En sus segundas elecciones generales, confiaba en que alcanzaría el cargo más importante del país.

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Lo que sucedió en las últimas elecciones en Costa Rica sirvió de bocanada de esperanza para la candidatura de Juan Carlos Varela.

Allá, el liberal Otto Guevara burló las encuestas que lo situaron en la cuarta posición durante toda la campaña, y salió victorioso de la primera vuelta. Aquí, el panameñista cruza los dedos para que el 4 de mayo suceda lo mismo y logre finalmente llegar al Palacio de las Garzas.

En su entorno, compuesto por la fuerza política que lidera él y el Partido Popular, están confiados en que la alianza “El pueblo primero” será la más votada y que en la última encuesta previa a las elecciones se invertirán las posiciones. Ahora mismo está de tercero, pero Varela se siente ganador.

Sus rivales, en cambio, cuestionan su trayectoria y liderazgo, y no le ven oportunidad alguna en los próximos comicios.Tenía 14 años de edad cuando lo entusiasmó la política. En junio de 1978, década de efervescencia nacional y nacionalista, participó del recibimiento al exiliado expresidente Arnulfo Arias Madrid, en Chiriquí, experiencia que marcaría un antes y un después en su vida.

Casi tres décadas después, en 2009, llegó al Palacio de las Garzas, pero como vicepresidente. Un triunfo con sabor agridulce. Ceder un escalón y aceptar ir “de segundo” no suele estar en los planes de ningún candidato con aspiraciones al cargo más importante del país.

Al final, poco le importó que no le tocara servir al pueblo en el rol al que aspiraba en 2007, cuando le dijo a su esposa que quería pasar de la rutinaria vida profesional al foco de la vida pública.

UNA ALIANZA EFÍMERA

El sol se encontraba en su cenit aquel 27 de enero de 2009. A la sombra de un árbol de mango, en la hacienda San Isidro, en Pesé, provincia de Herrera, los hasta entonces rivales Varela y Ricardo Martinelli se dieron la mano y las levantaron lo más que pudieron.

Sonriendo a las cámaras, ambos candidatos presidenciales anunciaron la alianza de los partidos Panameñista y Cambio Democrático (CD), frente a las elecciones del 3 de mayo de ese mismo año. Con esta maniobra, el entonces gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD) y su candidata Balbina Herrera fueron derrotados en las urnas.

* VARELA ES COOPERADOR DEL OPUS DEI DESDE QUE LA INSTITUCIÓN SE AFINCÓ EN PANAMÁ.

La idea original era que la alianza gobernara por los próximos 20 años, alternándose entre ambos el sillón presidencial. Pero las diferencias entre los dos hombres más poderosos del país pudieron más que esa ilusión.

La armonía bipartidista que se sintió en la toma de posesión aquel 1 de julio de 2009 se deshizo 26 meses después. El pacto entre ambos expiró prematuramente, y la que una vez fue alianza política, hoy son dos trincheras opuestas.

Para las próximas elecciones del 4 de mayo, Varela aspira por segunda vez al cargo al que renunció en 2009, marcando la mayor distancia posible del oficialismo actual al que una vez perteneció, pero quedándose lo suficientemente cerca para recoger y hacer campaña con la cosecha que él asegura haber sembrado.

Lo que suceda en las próximas elecciones generales será la bisagra que mantenga abierta o cierre la carrera política de Varela, quien ya tiene 50 años de edad. Si gana, clímax. Si pierde, rendición. “Cada país tiene lo que tiene y lo que se merece.

No podemos estar luchando y desgastándonos si no es lo que quiere el país. Pero nosotros por lo menos nos vamos con el corazón lleno, de que dimos todo hasta el final”, dijo Lorena Castillo, la esposa del candidato, remarcando que no quiere un tercer intento.

COLEGIO Y RELIGIÓN

“Cuando Juaná –como le decían a Varela en la escuela– llegó a mis manos, ya conocía a la familia a través de sus otros hermanos mayores”, contó el profesor Gilberto Solís, del colegio jesuita Javier, del que Varela se graduó con honores en 1980. Incluso le tocó pronunciar el discurso en la entrega de diplomas. “Era excelente estudiante y buena persona con sus compañeros, a quienes ayudaba si andaban flojos.

Era despierto, inteligente y respetuoso. Participó del periódico escolar, y fue líder de uno de los campamentos del servicio social. Fue de lo mejor que hubo en esa promoción”. Solís le enseñó historia y geografía desde los 11 hasta los 15 años de edad.

Hoy, desde el sofá de su casa, ve una cuña del panameñista en la televisión, y confiesa que al que ve allí, besando a mujeres y niños, y hablando de eliminar las letrinas de las casas humildes, de controlar los precios de los alimentos y de abastecer con agua potable todo el país, es el mismo que se sentaba juicioso y ordenado en su clase. “Me lo imaginaba en la política. Más que a Juan Carlos Navarro”, quien también fue su alumno.

A medida que se acercaba la graduación de su promoción, la llama de la política comenzó a ganar oxígeno en un Varela adolescente, que por entonces solía reír con los cuentos de Condorito o se maravillaba con las jugadas de la leyenda futbolística Pelé.

En el anuario de su promoción, la dedicatoria que le hicieron sus compañeros resume lo que percibía el “profe” Solís: “El llamado Juaná forma parte de la directiva de la asociación, de la del periódico y aún le sobra tiempo para ganar unas notas sobresalientes y ayudar a sus compañeros en problemas en sus clases especiales. Nuestro buen amigo piensa estudiar ingeniería industrial para producir y abastecer de líquido a todos los pindines de Soná. Sabemos que todo lo que emprendas podrás lograrlo. Éxitos”.

El abogado Abel Arcia, uno de sus compañeros de promoción, junto con Juan Hung, Carlos Alberto Mastelari, Javier Antonio Díaz, Juan David Morgan Vallarino, Severo Sousa Gómez, Eduardo Alemán Boyd y Dulcidio José de la Guardia, entre otros, recuerda que desde los 17 años Varela ya hablaba de que “el país necesitaba una democracia real, sin influencia de militares y de grupos de personas con intereses que quisieran amarrarse al poder”.

Arcia, Hung y Varela se enfrentaron en una “competencia muy sana” por ver cuál se graduaría con el primer puesto.Al final, el orden de llegada fue el mismo. Varela quedó tercero, sin alianza política que pudiera revertir el resultado.

Arcia, cónsono con el “profe” Solís, ve en el político de hoy al mismo Juaná que compartía y hacía chistes con los cocineros, limpiadores y choferes de los buses colegiales. “La única debilidad política que podría tener Juan Carlos, pero que es buena para el pueblo, es que no tiene la maldad del pícaro engañador”. La formación que recibió en la institución es la que marcó sus pasos como persona y político.

Eso, y la fe en Dios. Las varias Biblias, acompañadas de cruces de distintos tamaños y colores que adornan los rincones de su casa, evidencian la importancia de la fe en él y su familia. Varela reconoció ser un “cooperador” del Opus Dei (institución de la Iglesia católica fundada en 1928) desde hace 17 años, cuando esta se instauró en Panamá.

Es tal su admiración, que en diciembre de 2008 envió tarjetas de Navidad en las que reprodujo un pensamiento del fundador de dicha institución, el sacerdote español Josemaría Escrivá de Balaguer. Su fuerte devoción religiosa lo llevó a lucir una pulsera con distintas efigies de la Virgen en la muñeca izquierda.

En consecuencia, se opone a la legalización del aborto y del matrimonio homosexual, aspecto en el que difiere con su esposa Lorena. De ganar la Presidencia, no se le ocurriría legalizar la marihuana.

FORMACIÓN PANAMEÑISTA

Tenía 11 años de edad cuando en el colegio los mandaron a leer siete libros sobre la historia del Panameñista, como parte de las clases de cívica. La política ya estaba presente en su familia, tanto por el lado de su padre, Luis José Varela, como de su madre, Beixie Rodríguez (ambos ya fallecidos).

Los Varela Rodríguez vivían en Obarrio. Juan Carlos es uno de cinco hermanos: Luis José Jr., José Luis, Aileen y Linette. Su habitación la adornó con afiches y fotografías de políticos, entre ellos Arias Madrid.Varela estuvo cerca del derrocado expresidente cuando este regresó de su exilio en Estados Unidos, en 1978.

A los 14 años participó en caravanas con su padre, su hermano José Luis y su tío Plinio Varela. Así lo recordó otra exiliada de la dictadura, Teresita de Arias, vicepresidenta del Partido Popular, hoy aliado del Panameñista.

Las multitudes salían a ovacionar a Arnulfo en Bocas del Toro, Chiriquí, Veraguas... y ahí estaba Juan Carlos con los Varela y los Roux. Además de la política, la ingeniería industrial siempre estuvo presente desde su adolescencia. De esta se graduaría en 1985 en la universidad Georgia Tech, Estados Unidos; como político, aún está pendiente de rendir el examen final.

Un año antes de obtener su diploma de ingeniería, fueron las elecciones de 1984, convocadas en plena dictadura. Arias Madrid se midió con Nicolás Ardito Barletta, del PRD, brazo político de los militares.

“Recuerdo que el día de las elecciones de 1984 pasé con él [Varela] en la cocina del restaurante Delyris de RibaSmith, despachando las cajitas de comida para los jurados de mesa, que él se encargó de repartir en Panamá y San Miguelito.

Era muy joven, serio y responsable, ordenado como un ingeniero”, dijo Teresita de Arias. En 1991, cuando se formó oficialmente el Partido Panameñista, Varela fue uno de los encargados de armar la convención nacional del colectivo.

Un año después, con 28 de edad, se posicionó como uno de los 27 directivos principales del colectivo.Aunque en 1994 fue subdirector de la campaña de Mireya Moscoso —la viuda de Arias Madrid—, decidió apoyar a Alberto Vallarino en las internas del colectivo –que entonces se llamaba Partido Arnulfista–, teniendo como rival a la propia Moscoso. Varela tuvo su primera gran responsabilidad en el partido, y lo hizo como jefe de campaña de Vallarino.

Las primarias se celebraron en marzo de 1998. Eran tiempos de incertidumbre y fricción dentro del colectivo. El equipo de trabajo que encabezó Varela catalogó de “desleal” el proceso de votación.“Nos cerraron los libros. Fueron unas primarias con amenazas”, contó Adolfo Beby Valderrama, el hoy diputado que creció bajo la protección de Varela –en el partido y en el Pub Herrerano–. “Si hubiera sido con libros abiertos, Juan Carlos habría inscrito fácil a 40 mil personas al partido”.

ME LO IMAGINABA EN LA POLÍTICA. MÁS QUE A JUAN CARLOS NAVARRO" Gilberto Solís Exprofesor del Colegio Javier.

Moscoso ganó las primarias con 62.3% de los votos de sus copartidarios. Vallarino migró entonces al Partido Demócrata Cristiano (PDC), y denunció que la directiva arnulfista cerró los libros de inscripción antes de que la gente, que se suponía votaría por él, pudiera inscribirse.

Al final, participó en la elección de 1999, como candidato presidencial postulado por el PDC. Finalmente, el torneo electoral lo ganó Moscoso, y se convirtió en la primera presidenta de Panamá, con 42% del apoyo del electorado.Varela evocó lo sucedido en las internas de 1998 como un hecho necesario para que el partido hoy sea democrático, y para dejar claro que su control “no era herencia de nadie”.

Luego de dichas primarias, Varela y Vallarino renunciaron al partido, conocedores de que la dirigencia se aprestaba a firmar las resoluciones de expulsión de ambos. Finalmente, en 2003, Varela se reinscribiría, pero su relación con Moscoso no se recuperó. Ella ahora respalda a CD; él dice que no le afecta su decisión.

'LA SECTA VARELA' 

Para Jorge Gamboa Arosemena, que comandó el Movimiento de Acción Panameñista –una corriente adversa a la dirigencia de Varela–, el candidato “está errado” desde que en 2006 optó por tomar las riendas del partido, “al fracasar estrepitosamente Moscoso en su gobierno y esto se vio reflejado en [la poca aceptación] del siguiente candidato, José Miguel Alemán”.

¿Quiénes sacan la cara por Varela?, se pregunta Gamboa Arosemena; él mismo responde: Blandón, “está como pico halando pa’ su gallote por ser alcalde”; Ramón Fonseca Mora es nuevo en el partido; Beby Valderrama era empleado en Varela Hermanos. “Son cuatro gatos los que dan la cara por Varela, no como en el PRD, que sí la dan muchos”.

Para Gamboa Arosemena, en los 26 meses que Varela formó parte del gobierno de Martinelli, permitió que Panamá se “vendiera” a empresas extranjeras grandes y pequeñas. Además, fue parte de la “ley chorizo” en julio de 2010. También le reprocha que se alejó de los sectores populares, y ahora el Panameñista es un partido de derecha, cuando fue de centro y centroizquierda.

La Ley 30 de 2010, conocida como “ley chorizo”, “ley langosta” o “9 en 1”, pretendía, en un principio, promover el desarrollo sostenible de la aviación comercial en Panamá. Sin embargo, contenía modificaciones a los códigos Judicial, Penal y Laboral, y reformas a la ley general de ambiente.

Luego de su aprobación –y posterior derogación– en 2010 hubo enfrentamientos entre organizaciones civiles que se oponían a la ley y la fuerza policial, sobre todo en la provincia de Bocas del Toro.

Allí, dos personas murieron y decenas perdieron la vista. Igualmente, reclama a Varela porque cuando fue canciller, al menos un cónsul –el de Panamá en Barcelona– repartió tarjetitas de presentación que, en el reverso, tenían inscrita la frase “agente vendedor de Ron Abuelo”, que fabrica Varela Hermanos.

También designó a notarios que “le daban plata” (un notario gana entre 5 mil y 50 mil dólares mensuales, según sus cálculos). Varela les decía que tenían que aportar una suma al partido, que iba a parar al bolsillo de sus allegados.

Lo mismo hacía con los fondos del subsidio electoral. “¿Por qué el partido los tiene que mantener?”.A pesar de criticarlo fuertemente, votará por Varela porque “es el menos malo” de los candidatos actuales.

* VARELA RENUNCIÓ AL PANAMEÑISMO TRAS LAS PRIMARIAS DE 1998. CINCO AÑOS DESPUÉS VOLVIÓ A LAS FILAS DEL PARTIDO

UNIDOS POR EL 'SUSHI'

A los 22 años de edad conoció a Lorena. Tenía dos años de haber llegado a Panamá tras graduarse en Georgia Tech. Ella tenía 17 años. Varela la vio en un afiche de las candidatas a reina del Carnaval capitalino. Era 1987.

Ella es la que va a ganar, pensó, interesado en conocerla. Un amigo en común los presentó y ahí empezó su historia como pareja. Tras cinco años de noviazgo, se casaron.

El primer año, no tenían muebles. Ahora son padres de tres hijos: Giancarlo, Adrián y Stefan. El mayor es conocido artísticamente como DJ Gian Varela y le gusta amenizar fiestas con algún éxito, ya que ha tenido presentaciones en el extranjero junto a artistas de renombre.Ella no planeaba casarse antes de los 30, pero las “largas tertulias fabulosas” entre ambos la conquistaron.

“Necesitaba una persona que me estimulara mentalmente. [Juan Carlos] era como yo. Yo comía sushi, que era exótico, y él comía pescado crudo también”.La pareja participó en las convocatorias de la Cruzada Civilista contra la dictadura militar. Iban a la calle a manifestarse con las multitudes que se aglomeraban en la iglesia del Carmen y la Mansión Danté. “Como novios fuimos correteados y quemamos llantas”.

A la par de la relación amorosa, la carrera política de Varela avanzó. En 1989, era un ayudante más en la campaña del entonces candidato opositor Guillermo Endara. Se encargaba de todo: desde repartir emparedados a los colaboradores hasta organizar una concentración.Llegó el “viernes negro”.

El 10 de mayo de 1989 la nómina de Endara, Ricardo Arias Calderón y Guillermo Billy Ford fue emboscada en la plaza Santa Ana por las Fuerzas de Defensa del general Manuel Antonio Noriega. Varela estaba con los líderes opositores, pero salió ileso porque minutos antes le pidieron buscar una camisa limpia para Endara. Podría decirse que aquella encomienda le salvó la vida.

Desde su casa, Castillo veía los helicópteros militares acechando a los manifestantes.“Me tocó ver al presidente Endara entrar ensangrentado al hospital Paitilla”, recordó Varela.Esas vivencias afianzaron aún más su pasión por la política. La paciencia y el análisis de cada situación son algunas de las características que sus allegados ven en él. Si bien ha enfrentado altibajos, su postura ante discusiones es escuchar y hacer balance.

“No es que sea terco, es muy determinado. Él escucha, arma, tiene una mente muy analítica por ser ingeniero”, dice Castillo, quien es su esposa hace 22 años y se declara más impulsiva.

“Yo pensaría menos, en el sentido de que al momento de tomar una decisión, él se queda, traga, analiza, y luego mueve, y cuando mueve es un jaque mate”.

LOS TORMENTOS DE LA ALIANZA

Según el pacto Martinelli-Varela de 2009, el panameñista sería el candidato presidencial por la alianza en las elecciones de 2014. Al principio, todo parecía indicar que Martinelli y CD respetarían el acuerdo.

En los 26 meses que gobernaron, la relación fue bastante cercana y de respeto. El primer año en Palacio pasaban mucho tiempo juntos y la asesoría era recíproca.Pero todo eso cambió. Martinelli, que en 2008 —antes de la alianza— dijo que Varela era un “burro”, retomó los insultos. Ahora le dice “botellón” y “chicle”, lo demandó por $30 millones, le retiró los escoltas, le pidió que “fuera hombre” y que renunciara a su cargo de vicepresidente.

“Los separaron los ideales y objetivos de cada uno”, dice Beby Valderrama. Su lealtad está con Varela, a quien ayudó a formar el Pub Herrerano en 1993 y laboró en la productora licorera por 18 años.

Asegura que ganaron muchos “enemigos grandes” durante la alianza. No obstante, cree que si Varela quisiera una reconciliación, basta con una llamada y un almuerzo “donde Acha”.Aunque reconoce que se alió a CD por la “presión” que ejercían algunos copartidarios y también por los bajos números que marcaba en las encuestas de intención de voto, Varela no cree que todo fue malo. “Quedó 100 a los 70, la beca universal y el proyecto Curundú”.

“Cuando ves un Metro que está a punto de inaugurarse, y que me tocó a mí ir donde Roberto Roy [secretario del Metro] y convencerlo, armar la estructura jurídica de la Secretaría del Metro, debatir la ruta, supervisar el proceso de licitación y ver todo casi terminado, son cosas de las que no me arrepiento”, señaló.

La ruptura sobrevino tres meses después de la muerte de don Luis José. “Su padre acababa de morir, y él [Varela] sintió que no tuvo tiempo suficiente por estar en la política.

Luego ver a un Martinelli al pie del lecho de muerte y decirle al papá: ‘no te preocupes, yo voy a cuidar a Juan Carlos’, fue para Juan saborear el mal en su máxima expresión.

Darth Vader es un santo al lado de Martinelli”, opinó Lorena.Agregó que cuando estaban en alianza, su marido “era otro, frío, infeliz”; luego salió del Gobierno “atacado, humillado y arrastrado”.Según Teresita de Arias, la ruptura fue muy aleccionadora para Varela.

Así se lo dijo al propio Arias Calderón, a quien el panameñista visita hace un año para hablar sobre separación de poderes y la convocatoria a una asamblea constituyente.Las encuestas no le favorecen, pero Varela siente que a último momento todo puede cambiar y se ve ganando con más de 35% de los votos. A finales de 2013 rechazó una coalición con el PRD para desbancar al oficialismo al que una vez perteneció.

En sus segundas elecciones, la postura de Varela es otra: no piensa en alianzas estratégicas ni en renunciar a sus aspiraciones de presidir el país.En este aspecto, su esposa, aunque de carácter más dicharachero, se muestra muy prudente.

No quiere revanchas. Si pierden, se acabó. Imagina a su esposo de regreso a Varela Hermanos, la productora de Seco Herrerano en la que laboró más de 20 años, leyendo y ejercitándose con música religiosa o de Los miserables.“No te puedes aferrar a algo que tal vez Dios no tiene para ti.

No te puedes aferrar a ‘tengo que ser presidente y voy a correr 400 veces hasta que lo sea’. No”.

Sin embargo, él asegura que continuará en la política pase lo que pase y por el resto de su vida. Guarda estratégico silencio ante una hipotética candidatura en las elecciones de 2019 si la votación de este año no resulta como él espera.

“Yo no puedo definir la participación en mi vida pública en base a un resultado electoral”.

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