Petaquilla Minerals firmó un contrato con el Estado que por sí solo es un gran negocio: la empresa tiene el aval legal para hacer y deshacer en las 13 mil 600 hectáreas que le otorgaron para la explotación y extracción de materiales metálicos como oro, plata y cobre. Tiempo le sobra: la concesión es por 20 años, con derecho a una prórroga por 40 años más.
El Estado de Panamá recibirá, por la explotación de la tierra, un dólar anual por hectárea durante los primeros años del contrato.
Pero, para la compañía, se trata de un negocio que les dejará altos dividendos a sus principales accionistas, las empresas canadienses Mining Corporation y Teck Cominco.
La propia Petaquilla Minerals informó que espera extraer en 12 años unas 893 mil onzas de oro como mínimo de la mina de Molejón, ubicada en el distrito de Donoso (Colón).
Si se toma como referencia el el precio actual del oro en el mercado internacional, el valor del metal que extraerá la empresa sería de 536 millones de dólares.
Para Petaquilla Minerals, empresa presidida por Richard Fifer, la mina de oro solo representa el 20% de su negocio. La mina de cobre es el "fuerte" del negocio y su explotación está programada para iniciarse en mayo próximo.
En total, la empresa proyecta que tendrá que intervenir y afectar unas 3 mil 100 hectáreas de bosque nativo.
Pero el atractivo negocio para los accionistas no se refleja en los dividendos que recibirá Panamá.
El acuerdo –Ley 9 de febrero de 1997– establece que el Estado empezará a recibir en concepto de cánones superficiales un dólar por cada hectárea dada en concesión, un monto que subirá gradualmente hasta llegar a 3 dólares con 50 centésimos. Pero la empresa tiene la potestad de deducir de estos pagos, los gastos que tenga en exploraciones.
En los impuestos que debe pagar la empresa también se establecieron topes. En el impuesto de inmuebles, Petaquilla Minerals no pagará más de 100 mil dólares al año, al igual que en los impuestos municipales. Si se sobrepasa en el tope de los impuestos municipales, la empresa recibirá créditos fiscales contra el pago de impuesto sobre la renta.
La empresa se defendió: aseguró que su proyecto está basado en un "modelo de minería sostenible" que incluye la activación económica de lugares cercanos al proyecto, como los distritos de Donoso y La Pintada. Esto abarca la construcción de escuelas, carreteras, centros de salud, infraestructura gubernamental, electrificación, apoyo al sector agropecuario del país, becas estudiantiles, y la generación de más de mil 600 empleos solo en su primer proyecto, la mina de oro.
José Gabriel Carrizo –representante legal de Petaquilla Minerals– sostuvo que la empresa ha tenido fuertes gastos en estudios de impacto ambiental, viabilidad y contratación de fianzas que ascienden a 7 millones de dólares.
El Ministerio de Comercio e Industrias (Mici), ente regulador de la actividad minera en el país, conoce de las grandes ventajas dadas a Petaquilla, pero actualmente no analiza renegociar el contrato. "Todas las ventajas, exoneraciones y beneficios que tiene esta concesión están descritas en una ley aprobada en 1997 y no en esta administración. En ningún momento se han otorgado nuevos beneficios", explicó la institución que está a cargo de Alejandro Ferrer.
A través de un comunicado, el Mici indicó que solo intervino para garantizar que la empresa se sometiera a la supervisión de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) y se estableciera, además, una fianza ambiental por 3 millones de dólares. "Esto no limita la compensación por daño ambiental, si lo hubiese. Es solo una garantía de pago para cubrir gastos inmediatos", afirmó el Mici. Sin embargo, Petaquilla se ha resistido a la supervisión de la Anam.
IMPACTO AMBIENTAL
El estudio ambiental que presentó Petaquilla confirmó que con el desarrollo del proyecto minero se darán cambios en la composición de la fauna del lugar y se darán desvíos de quebradas. En total, se intervendrán de manera "directa y drástica" 160 hectáreas para la mina de oro. De esa superficie, un 80% perderá la cobertura boscosa y el 100% no tendrá la capacidad de mantener la biodiversidad original.
Ahora la empresa dijo que afectará 100 hectáreas como máximo en el primer proyecto (oro) y 3 mil más para la mina de cobre. La empresa ya deforestó el cerro de donde extraerá todo el material para refinarlo y sacar el oro. Por cada tonelada de tierra y piedra que se extraiga, quedarán 2.48 gramos de oro.
La empresa aceptó, en una entrevista con este diario, que se trata de una mina de cielo abierto como una cantera de tosca, pero aclaró que su sistema de procesamiento es cerrado y además contempla un proceso para neutralizar los efectos del cianuro.El problema está en las tinas de relave: allí, al final de la refinación, se deposita todo el material de descarte junto con restos de cianuro producto de la actividad minera.
Los propios técnicos de la compañía admitieron que es imposible evitar el 100% de la salida del cianuro, una sustancia altamente contaminante.
Petaquilla Minerals aseguró, no obstante, que su planta de procesamiento de oro utiliza la tecnología más avanzada que hay en el mundo, y que el impacto al medio ambiente es mínimo.
Pero la relación entre la minera y la Anam no es la mejor. Natalia Young, directora de Calidad Ambiental del organismo, informó que se le inició a Petaquilla un proceso por daños a las aguas superficiales, suelos y vegetación. La Anam también acusó a la firma de empezar la construcción de una carretera y la planta de oro sin los permisos ambientales. Por ello, la empresa interpuso un recurso ante la Corte Suprema que logró frenar, por el momento, el proceso que adelanta la Anam (el caso lo tiene el magistrado Adán Arjona). Mientras tanto, la construcción del proyecto continúa.
Por su parte, Ramón Alvarado, consultor externo de Petaquilla, indicó que el plan de mitigación ambiental contempla un proyecto de cierre de la mina para dejar el área lo menos afectada posible.
Agregó que en el futuro se contempla hacer un lago artificial en el cerro que explorarán.
Petaquilla: casi todo por un dólar
31 oct 2007 - 05:00 AM