El Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Positivas (MLCM+), en una reunión realizada esta semana en Panamá, acordó elaborar un informe sobre la realidad de las mujeres que viven con VIH/sida en 12 países de la región.
La coordinadora del MLCM+, Marcela Alsina, indicó que se trata de un estudio pionero que busca registrar las situaciones de discriminación, estigma y violencia que viven las mujeres con VIH/sida.
La investigación cuenta con el apoyo de representantes del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH / Sida (Onusida) y Onu Mujeres, señaló Alsina.
El proyecto cuenta con un capital semilla de 25 mil dólares para arrancar y debe estar listo en un año, dijo Violeta Ross, miembro del MLCM+.
Esta iniciativa regional surge debido a la falta de información sobre las condiciones de mujeres que viven con VIH y las cuentas pendientes de los gobiernos en cuanto al tema de políticas públicas.
El representante del Programa Onusida en Panamá, Ricardo García, señaló que de 10 mil personas que han desarrollado la enfermedad en el país, cerca de un 25% son mujeres.
Yaris Campo, delegada de Panamá ante MLCM+, agregó que en el país no existe una política de prevención concreta para evitar el VIH, ya que muchos de los casos, cuando se detectan, están muy avanzados y más en las regiones rurales.
El asesor de Onusida Raúl Boyle explicó que se estima que 550 mil mujeres adultas viven con el VIH de un total de un millón 600 mil personas de América Latina y el Caribe.
Agregó que según datos de 2010, el porcentaje de mujeres y varones entre 15 a 49 años, en América Latina y el Caribe, que se sometió a la prueba del VIH y conoce su estado serológico, se ubica entre el 2% y 40%, lo que califica como muy bajo.
En el caso particular de Panamá solamente un 12% de mujeres y varones entre 15 a 49 años se realizó la prueba.
García insistió en la necesidad de poner mayor énfasis en la prevención, es importante que todos estemos informados sobre las formas más adecuadas para protegernos.
En tanto, Boyle recalcó que en estos momentos se necesita una nueva generación de activistas que entienda y defienda los derechos humanos en el marco del VIH, liderada por jóvenes, mujeres y hombres de las comunidades afectadas.