El colombiano Teófilo Castro llegó al pueblo de Macaracas, en la provincia de Los Santos, con la idea de buscar una tierra fértil en donde representar el drama de los tres Reyes Magos.
La espontaneidad de Castro empezó a despertar el interés de los lugareños en la historia de los reyes de oriente, quienes enterados del nacimiento del Niño Dios partieron raudos a ofrecerle sus regalos más preciosos: oro, incienso y mirra.
Luego de ingentes esfuerzos, el 6 de enero de 1820 la obra se realizó por primera vez, teniendo como escenario los portales del pueblo de Macaracas.
La historia oral, contada por los lugareños, señala que los actores fueron moradores del pueblo, quienes, sin experiencia previa, se destacaron al momento de interpretar un texto que todavía hoy día se conserva.
El esfuerzo de Castro fue retomado años después por el macaraqueño Isaac Moreno, y a partir de 1971, la puesta en escena se realiza en la plaza pública Rogelio Gelo Córdoba.
Allí, anualmente se concentran cientos de personas para presenciar esta famosa obra teatral.
La de los Reyes Magos fue una de las primeras obras de teatro que se representaron en España, y que, traída al nuevo mundo, quedó como legado de la colonia española en América, de acuerdo con los documentos que reposan en la iglesia San Juan Bautista de Macaracas.
