Salo Shamah, hombre de oscuro poder

Salo Shamah, hombre de oscuro poder


Era conocido como el hombre que le hablaba al oído al expresidente Ricardo Martinelli. Muchos ven en él al “director creativo” que llevó a Martinelli al Palacio de las Garzas en 2009 con la campaña “caminando en los zapatos del pueblo”. Ese era Salomón Salo Shamah.

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Pero también fue uno de los funcionarios más polémicos. Se le señalaba como el creativo de campañas mediáticas y de ataque a los críticos del entonces Presidente, quien en una ocasión lo llamó “el paisano judío pobre”.

Aunque no todo lo que se dice de él se ha corroborado, se le liga con numerosos escándalos. Por ejemplo, que supuestamente manejó información confidencial en el caso Financial Pacific para beneficio de su exjefe, que presuntamente creó un call center para atacar a adversarios políticos y periodistas críticos, y que al parecer ideó campañas sucias. Incluso, se resalta su supuesta intervención para que José Ayú Prado fuera magistrado en la Corte Suprema de Justicia.

También se le atribuyen iniciativas para crear leyes, como las de las autoridades de Aseo y de Administración de Tierras, esta última envuelta en serios escándalos de corrupción, y hasta el Jumbo Man es facturado a su creatividad.

Salo Shamah, colombiano de nacimiento y naturalizado panameño, no gozó de la confianza del Gobierno de Estados Unidos. Siendo ministro de Estado, se supo que no tenía visado para entrar a esa país. La razón es desconocida y Shamah ha rehuido abordar ese tema.

Un cable de la embajadora de Estados Unidos en Panamá, Barbara Stephenson, y publicado en Wikileaks en 2009, afirmó que, según fuentes de la Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés), “Shamah fue el contacto entre Martinelli y [el colombiano David] Murcia”.

La misma fuente también indicó que Alberto Shamah –hermano del entonces funcionario– voló una vez en el avión de Martinelli con Murcia a bordo, aunque el exgobernante lo negó, mientras defendía a su ministro con aquella frase que se hizo famosa: “No conozco a ningún paisano judío que sea tan pobre como Shamah...”.

Martinelli llegó a mencionar que su “amigo desde el 2003” y ministro era tan “pobre” que aún vivía con sus suegros, porque “no tenía los recursos para poder mudarse a ningún lugar”.

FINANCIAL PACIFIC

Meter las manos en el fuego por Shamah no era algo gratuito. Se dice que el rol de este personaje en el escándalo de Financial Pacific habría sido clave para que la quiebra fraudulenta de esa casa de valores permaneciera en un limbo jurídico.

Ignacio Fábrega, un exdirector de Supervisión de la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), describió cómo supuestamente intervino en esta conspiración de silencio. Fábrega hoy cumple cinco años de prisión, tras declararse culpable de haber suministrado información confidencial cuando trabajaba en la SMV a Financial Pacific.

Fábrega afirmó que Martinelli y Shamah, en una reunión que sostuvieron en 2014 en la Presidencia, le pidieron que evitara una nueva intervención de Financial Pacific. Incluso, Fábrega reveló que Shamah le pidió en una ocasión que ocultara toda información negativa sobre Financial Pacific, dada la cercanía de las elecciones presidenciales.

Prueba de sus presuntas vinculaciones con directivos de Financial Pacific, la noche del 8 de enero de 2013 se esparció como pólvora la información de que Shamah tuvo una reunión privada con West Valdés, exdirectivo de la casa de valores, en el hotel Bristol.

Los presentes en el lugar relataron que Shamah le entregó a Valdés un sobre y lo llevó del brazo a su carro.

Minutos después, Valdés bajó del vehículo y entró al hotel. ¿De qué hablaron? ¿Qué había en el sobre? Shamah sigue sin revelarlo.

 

CAMPAÑAS NEGATIVAS

Justamente, por estos hechos, Shamah se ganó la fama de hacer trabajos sucios. De hecho, para no pocos políticos, Shamah era una de las dos personas que representaba el poder detrás del solio presidencial. El otro era Demetrio Jimmy Papadimitriu, exministro de la Presidencia.

Públicamente, Shamah era de los que iban a la televisión casi semanalmente a defender la gestión y al propio Martinelli, pero del otro lado, es visto como el lado oscuro del pasado gobierno.

Es responsabilizado de supuestamente crear un call center que terminó atacando a medios de comunicación, periodistas y todo aquel que cuestionara a su gobierno. El centro de operaciones funcionó desde una oficina contigua al centro de campaña del entonces candidato presidencial oficialista, José Domingo Mimito Arias, en el edificio H2O, en avenida Balboa, con unas 40 personas a su servicio.

Uno de los “supervisores” del call center era Giancarlo Terán, quien lo acusó de presuntamente “dar la línea” de ataque a los denominados “gladiadores”. “Salo Shamah es el principal responsable en la información que reciben en los call centers. Él tira línea, se la dice a María Cristina González [exdirectora del Servicio Nacional de Migración] y ella la distribuye a los supervisores”, dijo Terán.

 

 

Dos de los anuncios políticos más criticados contra el presidente Juan Carlos Varela también se le facturan a Shamah. En uno se hizo hacer ver a Varela como amigo del italiano Valter Lavítola, condenado por varios delitos, entre ellos, por corrupción internacional en Panamá, en su natal Italia. El otro era la supuesta falta de pago de salario mínimo a los empleados de la empresa Varela Hermanos, de la familia del actual gobernante.

‘MINISTRO’ CON PODER

Un exabogado de Martinelli –Rosendo Rivera– afirmó en una ocasión que “para nadie es un secreto que [José] Ayú Prado fue llevado a la Corte por Shamah”. ¿Que cómo lo supo? Pues parece que el propio Shamah le confió que cuando Ayú Prado fue procurador de la Nación “respondió un cuestionario que había sido dirigido a Martinelli por la Fiscalía Séptima de Circuito”, por una denuncia que este interpuso contra la dirigente del Partido Revolucionario Democrático Balbina Herrera.

“Aquí no solo hay un problema ético de Ayú Prado, sino que hay un delito. ¿Cómo es que el [entonces] procurador, que debe proteger a los ciudadanos, puede declarar a nombre del presidente Martinelli y que Shamah diga que no había ningún problema?”, se preguntaba Rivera.

Incluso, después de haber salido del Gobierno, Shamah siguió en sus polémicas andanzas. En enero de 2015, Giacomo Tamburrelli, exdirector del otrora Programa de Ayuda Nacional, denunció que Martinelli, acompañado de Shamah, amenazaron a su esposa, porque había acusado al exgobernante de haber ordenado la contratación de la empresa Lerkshore International Limited para la compra de comida deshidratada, por 60 millones de dólares.

ARTÍFICE

Como una telaraña, Shamah supuestamente trazó la red para que se crearan las autoridades de Aseo, y de Administración de Tierras, que, desde sus inicios, estuvieron rodeadas de escándalos.

Con esta jugada, le quitaron la administración y cobro de la basura al entonces alcalde panameñista Bosco Vallarino, mientras Shamah decía que él le propondría a Martinelli al primer director de la institución.

Pronto se supo que el designado era Enrique Ho, quien en la campaña presidencial de 2009 le prometió a Martinelli aportarle un millón de dólares, pero que, según dijo, tuvo que pedirle prestado a Ernesto Chong Coronado –vinculado a los escándalos del colombiano convicto en Estados Unidos David Murcia Guzmán– 380 mil dólares, que eran justamente para los fondos de campaña de Martinelli.

A pesar de la designación, Shamah quedaría al frente de la entidad, luego de una crisis por la recolección de la basura. El funcionario había decidido que la mejor forma de recaudar fondos y obligar a la gente a pagar era cobrar la tasa de aseo en la factura de electricidad. La idea se disipó rápidamente. El costo político habría sido muy caro.

La basura no fue la única de las crisis que manejó Shamah. Fue designado por Martinelli “asesor” en Anati. Con micrófono en mano, Shamah instaba a más de 80 personas a que defendieran la entidad que le estaba entregando títulos de propiedad. ¿Por qué la instigación? En esos días, La Prensa publicó el escándalo de las titulaciones gratuitas de playas en Juan Hombrón a la familia de Papadimitriu.

“Si cometimos errores, pedimos disculpas, y si nos metieron un ‘cují’ que sea el Ministerio Público que investigue”, dijo Shamah, ovacionado por los presentes.

DENUNCIAS

Al exministro también se le atribuye la supuesta autoría de la polémica campaña que creó a Jumbo Man, ese personaje que alegraba las ferias libres del Instituto de Mercadeo Agropecuario y que fue objeto de demandas ante el Tribunal Electoral por el uso de los colores del partido Cambio Democrático en actividades de Gobierno.

Hace un año, el entonces sucesor en el puesto de Shamah en la Autoridad de Turismo, Jesús Sierra, denunció en el Ministerio Público que quien personificaba a Jumbo Man recibía pagos, a pesar de que “no iba a trabajar”, e incluso afirmó que encontró otras irregularidades como la compra de combustible para vehículos fuera de servicio.

LA PÁGINA DE $1 MILLÓN

En otro escándalo, Shamah contrató de forma directa a una empresa, por 1 millón de dólares, para crear la página web de la Autoridad de Turismo.Se le criticó por contratar de manera directa y por más de 300 mil dólares al hermano de la exministra de Educación Lucy Molinar para promocionar al país vía internet. Según Shamah, lo único que hizo Molinar fue llamarlo para decirle que su hermano quería presentarle una propuesta.

La Prensa intentó obtener la versión de Shamah, pero los esfuerzos fueron infructuosos.

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