Testimonios de Miami se reviven en juicio de París

Testimonios de Miami se reviven en juicio de París


Fuera de la sala de audiencia donde se inició ayer el juicio a Manuel Antonio Noriega, una multitud de fotógrafos y camarógrafos se codeaban desesperadamente, intentando acercarse al abogado defensor Olivier Metzner, mientras que periodistas y público, también a empujones, procuraban entrar al recinto.

A los abogados y a las tres hijas de Noriega se les permitió entrar primero. Noriega llegó a la sala por una entrada subterránea que lo escondió de los camarógrafos y periodistas; los tribunales franceses no permiten cámaras o grabadoras en las salas de audiencia.

Dentro de la sala, por contraste, el frenesí se disipó entre un calor casi intolerable y un aburrimiento agudo.

Aunque el Palacio de Justicia en París es un majestuoso edificio del siglo XVIII, la sala para este proceso es pequeña, sin aire acondicionado o ventilación. Hasta los abogados se abanicaban con lo que tuvieran a mano, y uno de los tres magistrados se remangó la toga negra como si estuviera en la playa. Para el final de la sesión, algunos observadores dormían o se entretenían con su blackberry. Muchos sencillamente se fueron.

En las primeras dos horas de este primer día de juicio, cinco abogados hicieron batalla sobre terreno ya conocido. De allí, la presidenta del tribunal, Agnès Quantin, procedió a dar lectura al expediente, que es enormemente grueso. Por suerte, ella dispuso resumir algunos documentos y saltarse otros; aun así, aquello fue mortal.

La lectura del dossier reveló que las autoridades francesas han investigado lo del dinero de la familia Noriega en Francia, pero que dependen enteramente de los testimonios (transcritos) del juicio en Miami para establecer que ese dinero es del narcotráfico. Se mencionó prominentemente a los siguientes testigos esenciales del proceso en Miami:

– Ricardo Bilonick. Panameño y dueño de la aerolínea Inair, junto con Pablo Escobar, del cartel de Medellín. Atestiguó que a Noriega le pagaron 500 mil dólares por cada cargamento de cocaína que Inair transportó de Panamá a Estados Unidos; 19 cargamentos en total. El cartel de Medellín le pagó a Noriega, declaró Bilonick, para “asegurar una pista de aterrizaje segura” y, sobre todo, por “silencio”.

– Amjad Awan. Paquistaní, ex gerente del BCCI en Panamá y “banquero personal” de Noriega. Atestiguó que Noriega mantenía cuentas secretas donde los depósitos “siempre eran en efectivo” y, a veces, de medio millón de dólares para arriba. Según él, el dinero se trasladaba por un laberinto financiero en múltiples países y era usado por Noriega y su familia, a veces para pagar sus cuentas de tarjeta Visa.

– Steven Kalish. Estadounidense y megatraficante de marihuana. Atestiguó que Noriega era su socio en el contrabando y hasta compró un avión para transportar dinero para ser blanqueado en Panamá, bajo la insignia de las Fuerzas de Defensa. “Pensé que sería conveniente transportar el dinero bajo protección diplomática”, declaró Kalish.

En 1996, Noriega declaró a los franceses, pero no respondió a “preguntas precisas”, indica el expediente. No obstante, sí replicó que el testimonio del banquero Awan fue “un montaje por el procurador estadounidense”.

Noriega se defenderá hoy Hoy hablará Manuel Antonio Noriega en el juicio que empezó ayer en su contra, en París, por lavado de 2.3 millones de euros (2.8 millones de dólares, al cambio de ayer) procedentes del narcotráfico. Se espera alguna revelación. Por lo pronto, durante el primer día del proceso, las partes se dedicaron a recordar los argumentos respectivos.

La primera discusión fue la fecha de nacimiento del ex general, pues la juez Agnès Quantin informó que según las ocasiones, las fechas difieren entre 1934 y 1938.

Luego de este reclamo surrealista, la defensa tomó la palabra para pedir que se declare nula la extradición de su cliente desde Estados Unidos a Francia. Yves Leberquier y Olivier Metzner repitieron que la calidad de prisionero de guerra y ex jefe de Estado no son compatibles con esta extradición. Metzner pidió que se “expulse” a su cliente a Panamá.

El letrado no dudó en utilizar argumentos políticos. Recordó que Francia le otorgó la Legión de Honor en 1997. Por cierto, Noriega no llevaba la insignia de esa condecoración en la solapa. Parece que finalmente se lo prohibieron.

Metzner habló también de un supuesto “acuerdo” entre Francia y Estados Unidos para que Noriega no hable del tema del transporte de armas para los “contras” en Nicaragua. “Parece que más allá de las apariencias, hay acuerdos, no sabemos cuáles”, declaró el defensor.

Panamá estuvo representado por el abogado Yves Baudelet, quien insistió en que “un delincuente común” no puede gozar de “condiciones particulares”. “Estamos frente a un hombre que recibió fuertes sumas de dinero, unos 73 millones de francos (13.6 millones de dólares), del cartel de Medellín”, dijo Baudelet.

Una fuente diplomática panameña adelantó que Panamá pedirá alrededor de 27 millones de euros (33.1 millones de dólares) por concepto de “reparación por perjuicio moral y material”.

Más de tres horas duró la soporífera intervención de la juez de la causa, Agnès Quantin, en la que el auditorio se despertaba de cuando en cuando gracias a las interrupciones de Olivier Metzner. Quantin resumió los testimonios recabados en Estados Unidos para establecer los nexos de Noriega con el cartel de Medellín.

“Testimonios comprados”, replicó Metzner. Y cuando la juez le preguntó por qué la defensa no presentó testigos, respondió irónicamente “porque Bush no estaba disponible”.

Noriega escuchó la acusación sin inmutarse, mientras sus tres hijas tomaban nota sin cesar.

El ex dictador fue juzgado en ausencia por los mismos cargos en 1999, en París, y condenado a 10 años de prisión y a una multa de 11.2 millones de euros (13.7 millones de dólares).

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