Fue una noche cargada de anécdotas. Una noche en la que se destacó la vida y obra de Carlos Iván Zúñiga Guardia, recopilada en cuatro tomos del libro Testimonios de una época, que se presentó anoche en la Biblioteca Nacional.
También fue un acto en el que familiares y amigos recordaron la trayectoria de aquel joven que a los 25 años fue viceministro de Educación y de aquel hombre que luchó incansablemente por la democracia antes y después del golpe militar de 1968.
La obra, a cargo de la Editorial Libertad Ciudadana, recopiló todas las columnas sabatinas que publicó Zúñiga Guardia en La Prensa –desde 2000 hasta 2008– y otros ensayos con lecciones de política, historia, derecho y lengua.
Escribía a mano y en una libreta sus opiniones, luego iba desde la finca hasta el bajo Boquete a pasarlas en la computadora, recordó anoche su viuda Sydia Candanedo, con quien estuvo casado 61 años. “Su amor por la patria se convirtió en mi única rival”, aseveró.
Zúñiga, además de ser académico, fue abogado, político y periodista.
“Al leer la obra que hoy presentamos, me queda una doble tranquilidad: Carlos Iván Zúñiga, muy joven, en efecto fue periodista, no columnista, sino reportero en El Panamá América y La Hora. De hecho, al cumplir los 21 años y obtener su primera cédula de identidad personal, en el reglón que dice profesión aparece: periodista”, narró Fernando Berguido, presidente de Corporación La Prensa, quien hizo la presentación del libro.
Pero Zúñiga fue más que periodista. Berguido también destacó su labor como diputado. Zúñiga fue uno de los ocho integrantes de la Asamblea Nacional que en 1955 votaron en contra de la decisión que llevó a la cárcel –por dos años y 11 meses– al ex presidente José Ramón Guizado, proceso que fue calificado como uno de los más vergonzosos de la historia política del país.
“Lo recuerdo orador elocuente y brillante polemista, acompañado de Mario Galindo, Carlos Bolívar Pedreschi, Miguel J. Moreno, Fabián Echevers, Diógenes Arosemena, Julio Linares, Winston e Iván Robles, debatiendo sobre los tratados del Canal, en desafíos públicos a la línea oficial, dejándonos admirar a muchos, por primera vez dentro de nuestro país, que era posible disentir del gobierno con argumentos y convicción”, dijo Berguido.
También destacó el ar-tículo titulado Aún es tiempo para la buena siembra. En dicho escrito rescata una vieja, agria y muy pública rencilla que separó, durante las primeras décadas de la República, a dos panameños ilustres, Ramón Maximiliano Valdés y Carlos A. Mendoza. “Era otra época, una en que los mandatarios, además de políticos, eran intelectuales”, afirmó Berguido.
Otro de los que exaltó la labor de Carlos Iván Zúñiga fue I. Roberto Eisenmann, miembro de la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana.
Los discursos fueron cerrados por el presidente de la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana, Jorge Molina Mendoza, quien agradeció el apoyo de la familia para completar el libro.
VEA La memoria del patriota