Una serie de riesgos enfrentan los pacientes que aún no reciben el tratamiento contra la tuberculosis (TBC), o se les suspendió ante el desabastecimiento: la enfermedad progresará y el paciente se volverá resistente a los fármacos, e incluso puede fallecer.
Para el médico infectólogo Boris Castillo, aquellos casos en que el paciente interrumpe el tratamiento –que es de seis meses– la bacteria gana terreno y se vuelve resistente, y cuando se reanuda el tratamiento los fármacos no hacen efecto. Entonces el paciente deberá someterse a otro tratamiento más fuerte, que tiene una duración de ocho meses.
Otro riesgo, según Castillo, es que la enfermedad presente complicaciones como fiebre, tos persistente, problemas respiratorios e incluso que la TBC llegue hasta el pulmón y en la fase más crítica cause la muerte.
En Panamá, según estadísticas del departamento de Epidemiología del Minsa, en 2010 se registraron mil 290 casos nuevos de TBC, mientras que en 2009 hubo mil 492.
Esta población es la que ha estado en riesgo de desarrollar complicaciones con esta enfermedad, debido a la interrupción obligada del tratamiento tras el desabastecimiento de fármacos que se registra desde hace dos meses en las instalaciones hospitalarias y centros de salud del Minsa.
Esto lo vivió Luis Jirón, un paciente de 44 años, quien también forma parte del grupo vulnerable, con VIH y que fue enviado el lunes pasado a su residencia porque no había tratamiento en el hospital Santo Tomás.
El ministro de Salud, Franklin Vergara, señaló que “la provisión de los medicamentos que se utilizarán en 2011 debieron pedirla a tiempo, sin embargo, no fue posible por una deuda del gobierno anterior de 2007 y 2008”.
Según Vergara, la deuda con la Union Internationale contre la Tuberculose, de Francia (empresa suministradora de los medicamentos) era desconocida. “No hemos podido encontrar los expedientes”, dijo.
Agregó que “no era una gran cosa, eran como 67 mil dólares en deudas, pero sin pruebas cuesta mucho trabajo, porque había que ir al Ministerio de Economía y Finanzas y Contraloría (General de la República) para finalmente hacer el pago”.
La coordinadora del Programa contra la TBC del Minsa, Cecilia de Arango, informó que la deuda era responsabilidad de la administración anterior y que sumaban 134 mil 613 dólares.
Según de Arango, la deuda se canceló en febrero de 2010 y no fue sino hasta septiembre que se pidió la nueva remesa de medicamentos contra la TBC. Y es que el proceso de conteo, verificación y registro de los casos nuevos por cada región de salud, es lo provoca que el envío de la solicitud demore seis meses, agregó.
A las 2:30 a.m. de hoy debió llegar al Aeropuerto Internacional de Tocumen la primera remesa de 154 mil tabletas sueltas. Esta cantidad será dada a 450 pacientes por un período de cuatro meses. La remesa final deberá llegar dentro de tres semanas para el resto de la población con TBC, dijo de Arango.