El cruce debajo del puente vehicular de San Miguelito y sus alrededores, por donde diariamente pasan cientos de personas, se ha convertido en una mercado persa.
Allí pululan vendedores de pipa, fritura, baratijas, verdura, lotería y limpiadores de vidrio, entre otros, a quienes ahora se les une una improvisada venta de autos de segunda.
La mayoría de estos vendedores opera sin permiso de alguna autoridad competente.
El representante del corregimiento Victoriano Lorenzo, Edmundo Grajales, dijo que este es un tema delicado, ya que algunos vendedores tienen, incluso, antecedentes penales.
Reconoce que dio un “permiso verbal” para que allí se instalara la venta de autos de segunda. El muchacho que tiene esa venta de autos –agregó– se acercó para que le permitieran estar debajo del puente vehicular y comercializar unos carros que le habían dado. “Como comprenderá no podía decirle que no, pues él está sin trabajo y además es hijo de la reconocida jueza de boxeo, Emma de Urrunaga”.
Señaló que conversó con el alcalde Héctor Valdés Carrasquilla sobre esto, y que ambos acordaron permitirle al joven estar allí por un plazo de dos meses.
“Si no se le pone atención a esto, mañana nos encontraremos con este espacio cerrado y por dónde vamos a pasar”, se preguntada ayer Julia Rodríguez, quien todos los días transita por este lugar para ir a su trabajo.
Pero para Grajales esto no es más que una forma de apoyar a humildes panameños que no tienen trabajo y que acuden a este transitado lugar “para hacerse de algunos reales”.