William Adolfo Cortez, el presunto asesino en serie conocido como Wild Bill, podría llegar a Panamá, a más tardar, el próximo viernes.
Neftalí Jaén, asesor del procurador encargado, Giuseppe Bonissi, informó que ayer, a las 6:30 p.m., las autoridades nicaragüenses confirmaron la entrega de Cortez y su esposa Jeana Seana, detenidos el lunes cuando escapaban a través del río San Juan, fronterizo con Costa Rica.
Jaén calculó que la entrega podría darse “en unas 48 a 72 horas”, y que una delegación de por los menos ocho funcionarios del Ministerio Público y de la Dirección de Investigación Judicial viajará a Managua a buscar a la pareja.
La entrega se haría efectiva a través de Interpol y en el marco de un convenio bilateral entre las policías de ambos países.
Las autoridades de ese país centroamericano dijeron anoche que los detenidos al momento de ser presentados a la prensa, todavía no habían sido entrevistados por efectivos de la Dirección de Auxilio Judicial, lo que se hará para después entregarlos a la Dirección de Migración y Extranjería que se encargará de hacer la entrega de los supuestos estadounidenses a las autoridades de Panamá, en una fecha no precisada.
También dijeron que no se les habían tomado las huellas dactilares ni se habían cumplido otros procedimientos porque los detenidos acababan de llegar de San Carlos, capital del departamento de Río San Juan, custodiados por fuerzas especiales de la institución.
Los detenidos se negaron a responder preguntas de los periodistas, pese a que se informó que Cortez habla español.
Cortez está vinculado a la muerte de los estadounidenses Bo Icelar y Cher Hughes, cuyos cadáveres fueron desenterrados de la residencia de Wild Bill en isla Cauchero, Bocas del Toro.
La investigación se extiende a la desaparición de otras cinco personas, dos de ellas de la etnia Ngäbe Buglé; los otros serían Mike Brown, su esposa y su hijo.