En el primer día de audiencia por el homicidio de Damaris Mendoza, que se llevó a cabo ayer en el Segundo Tribunal de Justicia, Martín Wright Coto, uno de los tres sindicados en este caso, se declaró confeso de haber participado en este hecho de sangre ocurrido el 13 de junio de 2006.
No obstante, el ex agente de seguridad e integrante de la pandilla Los Niños de la Tumba Fría dijo ser culpable de haber robado joyas y dinero a la víctima, mas no de provocarle la muerte.
Según los abogados de Wright Coto, su cliente solo participó del hecho como conductor del vehículo que trasladó a sus cómplices del sitio del crimen.
Por este caso también están sindicados Miguel Ángel Medina y Enrique Sánchez González. Todos estuvieron presentes en la audiencia, que preside la magistrada suplente María de Serrano.
El cadáver de Mendoza fue hallado quemado dentro de su automóvil, debajo del Puente de las Américas.
En su indagatoria, Wright Coto dijo que confesó su participación, porque estando en prisión acusado de otro homicidio –el de Ana Mercedes Medina, ocurrido en 2007– fue “iluminado por Jesucristo”. Sin embargo, la fiscal tercera superior, Argentina Barrera, señaló que según las investigaciones, Wright Coto está involucrado en la muerte de Mendoza, tanto como los otros dos sindicados.
Según la fiscal, el ex agente utilizó el mismo modus operandi que llevó a cabo en la muerte de Medina: tratar de borrar las huellas de la escena del crimen, quemando a la víctima. Al final, no quemó a Medina, porque sus cómplices no le apoyaron.
Los tres implicados se acogieron a un juicio por jurado de conciencia, el cual quedó conformado por seis mujeres y dos hombres.
El perito José Pachar señaló que el cuerpo de Mendoza estaba carbonizado en un 50%, y que ella fue primero asfixiada.
Durante la audiencia, Wright Coto estaba sereno y distraído, mostrando más preocupación por el frío del salón que por lo que ahí se debatía.