Cuando hace una semana, José Alberto Toto Álvarez anunció que Rómulo Roux encabezaría la oferta electoral de Cambio Democrático, el Panameñista y el Partido Alternativa Independiente Social (Pais), muchos creyeron que habían presenciado el nacimiento de la primera gran alianza opositora para las elecciones del 5 de mayo de 2024. Fue una farsa, aunque no se sabe si será la última, lo cual debe alertar al electorado: cualquier cosa puede ocurrir en el mes exacto que falta para que termine la pesadilla de la conformación de las alianzas.
Desde la era posinvasión, se han celebrado seis elecciones democráticas. En todas ellas, el candidato presidencial que se ha alzado con la victoria fue postulado por dos o más partidos políticos. El hoy gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD), el colectivo más grande del país (con 718,665 adherentes) ha ido siempre en alianza, menos una vez: en el 2014 y perdió. Ese año, Juan Carlos Navarro, con su compañero de nómina, el hoy contralor Gerardo Solís, fue postulado por el PRD y quedó en tercer lugar (con el 28.1% de los votos válidos), detrás de Juan Carlos Varela (39.1%), postulado por los partidos Panameñista y Popular (PP), y José Domingo Arias (31.4%), de Cambio Democrático (CD) y Molirena.
El de aquel año ha sido también el peor resultado del PRD en una contienda presidencial. Y eso que están acostumbrados a ganar con poco margen: en 1994, Ernesto Pérez Balladares obtuvo la presidencia con 33.3% de los votos válidos; en 2004, Martín Torrijos logró 47.4% (el mejor resultado que han tenido los perredistas en una elección), y en 2019, Laurentino Cortizo ganó con 33.4% de las preferencias.
Estos resultados muestran otra realidad: lo fragmentado que está el pastel electoral. En 1994, 2014 y 2019, se presentaron siete candidatos presidenciales (postulados por un partido o una alianza, y por la vía de la libre postulación). En 1999 y 2009 los postulados fueron tres y en 2004, cuatro.
“La necesidad de hacer alianzas en Panamá es el resultado de dos asuntos. Primero, no hay segunda vuelta, es decir, hay una oportunidad para ganar, por lo tanto, mientras más organizaciones puedas juntar es mejor. Segundo, los partidos panameños son medianos o pequeños [según los votos, que es donde realmente se ve su fuerza], por lo tanto, es muy difícil que uno solo pueda obtener más del 50% de los votos o acercarse a ello”, remarcó el analista político Harry Brown, del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (Cieps).
Actualmente, hay 10 candidatos presidenciales, proclamados por sus partidos (con o sin primarias) y reconocidos por el Tribunal Electoral (TE). Aquí los listamos, en orden alfabético: José Alberto Álvarez (Pais), José Blandón (Panameñista), José Gabriel Gaby Carrizo (PRD), Ricardo Lombana (Movimiento Otro Camino o Moca), Ricardo Martinelli (Realizando Metas o RM), Rómulo Roux (CD) y Martín Torrijos (postulado por el PP, aunque su partido es el PRD). Por la vía independiente están Melitón Arrocha, Maribel Gordón y Zulay Rodríguez. Dicho de otro modo, hay tres perredistas (Carrizo, Torrijos y Rodríguez), dos panameñistas (Blandón y Arrocha), dos expresidentes de la República (Torrijos y Martinelli) y tres que ya fueron candidatos presidenciales en la elección anterior (Blandón, Lombana y Roux).
Brown no se atreve a pronosticar cuántos candidatos finalmente llegarán a estar en la papeleta principal del 5 de mayo próximo.
“Ni idea. El patrón de predictibilidad de la política electoral panameña se rompió entre los años 2004 y 2009. Los partidos mantienen sus nombres, pero sus maneras de relacionarse, también por la entrada de candidatos de libre postulación, son nuevas”, señaló.
“En el 2004, hubo un aviso muy fuerte con la postulación exitosa de Guillermo Endara. Eso provocó un desvío electoral importante y, en el 2009, finalmente ganó una tercera fuerza, Cambio Democrático. Cuando el sistema se realineó en el 2014, ya habían tres partidos medianos importantes, no dos, como había antes”, agregó.
En cuanto a la segunda vuelta electoral, la misma nunca ha encontrado consenso cuando se discuten modificaciones al Código Electoral, cada cinco años. Ocasionalmente, quienes se oponen han dicho que la incorporación de la misma debe ser a través de una reforma constitucional.
De vuelta al panorama actual, los que sí han avanzado en sus negociaciones (al menos hasta la semana pasada) para conformar una gran alianza son CD, Panameñista y Pais. No obstante, después del anuncio fallido de Álvarez y el desmentido virulento de Blandón, queda saber si el trío sigue: en la noche de este martes 29 de agosto, se celebra un directorio del Panameñista para decidir si siguen adelante con o sin Pais. Ante el posible destierro del colectivo de Toto Álvarez, esta de más preguntar con quién se quedaría CD, por simple matemática: el Panameñista tiene 244,622 miembros y Pais, 23,086. Y Roux está por la labor de sumar a toda costa. Ya le pasó que en 2019 perdió porque le faltaron pocos votos: la diferencia entre él y Cortizo fue de apenas 46,299. Roux obtuvo 31% de los votos válidos y Cortizo 33.4%.
En cuanto a Lombana (que en 2019 quedó de tercero, detrás de Roux y antes que Blandón), ha dicho que no está buscando aliados entre los partidos tradicionales y solo reconoce públicamente su interés de sumar a los candidatos a alcalde, diputado y representante de corregimiento por la libre postulación, en particular de la coalición Vamos. En Vamos ya le respondieron que no, que se busque a otros. A Blandón también le interesaría postular a candidatos de Vamos, aunque no lo apoyen en la contienda presidencial.
Tanto Blandón como Roux han reconocido que han mantenido algún contacto con Torrijos. Lo que pasa con Torrijos es que ya gobernó entre 2004 y 2009 y la principal cualidad que proyecta ante el electorado es la “experiencia”. ¿Estaría dispuesto a ir de segundo en una nómina encabezada por Roux?
Torrijos no parece apurado por buscar aliados. Tampoco le asusta que el PP (que era el mítico partido Demócrata Cristiano) haya perdido tal cantidad de adherentes, que ahora solo tiene 19,418. Torrijos podría estar buscando emular a Endara en la elección de 2004. Aquella vez, Endara, que era panameñista hasta la médula (incluso se apropió de los distintivos del partido para hacer campaña), fue postulado por Solidaridad, un partido pequeño fundado por el empresario Samuel Lewis Galindo, que entonces tenía apenas 25,021 inscritos. Pero con Endara, 462,824 votantes marcaron la casilla de Solidaridad y ese partido pequeñito quedó de segundo, detrás de Ricardo Martinelli. Endara le aportó a Solidaridad continuidad y seis diputados al Parlacen, incluyendo a Mayín Correa. Los arnulfistas, en cambio, que esa vez habían postulado a José Miguel Alemán, solo lograron dos diputados al Parlacen. Eventualmente, Solidaridad se fusionó con el Liberal Nacional en el denominado partido Unión Patriótica, colectivo que finalmente fue absorbido por CD.
Roux tiene otra interpretación: piensa que Torrijos podría apostar a su propio partido, desencantado por Carrizo. “Ahora mismo, el voto fuerte de Martín es el PRD”, dijo Roux. De lo que está seguro Roux es que Torrijos ha entendido “que no puede ganar solo”.
En tanto, el Molirena ya ha dicho que apoyará a Gaby Carrizo y el PRD, para darle continuidad a una alianza que forjaron en 2019. Antes, el Molirena ha estado con el Panameñista y con CD. Porque ocurre también que hay partidos que una vez estuvieron juntos y luego no se pueden ni ver. Eso le pasó a Endara, que luego renegó de Solidaridad.
Con RM estará el partido Alianza, de José Muñoz, que tiene 24,401 inscritos.
