Los envenenados con dietilene glycol sienten que se les acaba el tiempo.
Tras cuatro años de investigaciones por parte de la Fiscalía Especial creada para esclarecer el caso del envenenamiento masivo, las pesquisas no concluyen y los muertos suman 158.
Mientras el proceso judicial se dilata, los afectados por los jarabes adulterados ven desmejorar su salud.
“Ya los médicos me han dicho que no pueden hacerme más nada en los ojos”, cuenta Rudecinda Delgado, quien a sus 51 años ha quedado ciega debido a la ingestión de un jarabe adulterado fabricado por la Caja de Seguro Social (CSS).
Hasta ahora, las autoridades han reconocido a mil 677 personas afectadas, y otros mil 488 expedientes clínicos son revisados en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imelcf).
Por otra parte, aunque 20 personas son mencionadas en el expediente, solo dos enfrentan cargos directos: Teófilo Gateno Hafeitz, quien tiene casa por cárcel; y Ángel De la Cruz, quien se encuentra detenido.
Daños neurológicos y renales, así como la pérdida de la visión, son las principales manifestaciones del envenenamiento producido por el producto industrial. Los efectos a largo plazo aún se desconocen.
“Aquí no envenenaron cucarachas ni ratones... Se envenenó a seres humanos”, reclama Iris Rodríguez, otra de las afectadas.
El expediente de la Fiscalía Especial acumula ya mil 119 tomos y 326 anexos. Dimas Guevara, el fiscal especial, ha dicho que es probable que el número de afectados aumente, porque las medicinas adulteradas empezaron a distribuirse desde 2004.
El envenenamiento con dietilene glycol se hizo público en octubre de 2006, luego de una serie de muertes inexplicables en diversos hospitales.
VEA ‘Este veneno no espera’
