Hoy hace 30 años que Rita Wald salió de su casa para nunca regresar. La desaparición forzosa de la dirigente estudiantil fue un día antes del comienzo del año lectivo, tras oponerse a los militares y la firma de los tratados del Canal.
Desde ese día y hasta la fecha sus familiares no han sabido nada de ella.
Su familia, que inicialmente recurrió a las autoridades panameñas, interpuso una denuncia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos porque a su juicio "nunca se hizo justicia".
En la actualidad las autoridades del gobierno de Martín Torrijos se han acercado a los familiares a fin de tener un arreglo amistoso que incluye cuatro puntos, entre ellos una modificación a la legislación vigente para evitar que estas situaciones se repitan.
Además se busca que las autoridades realicen una investigación para esclarecer lo sucedido a Wald. Otra de las peticiones es colocar su nombre a una escuela y por último una indemnización a los familiares, la cual, explica su hermano, Edwin Wald, sería usada para establecer una fundación que buscaría asegurar la plena vigencia de los derechos humanos en Panamá y tratar de encontrar los restos de personas desaparecidas durante el régimen militar.