Era previsible: desde que Rubén Blades puso un pie en el Instituto Panameño de Turismo, todos los ojos apuntan hacia allá.
El célebre cantante y ex candidato a la Presidencia de la República es el nuevo rostro de Panamá ante el mundo, el hombre que vende las bellezas naturales y las bondades siempre generosas de visitar Panamá.
Sin embargo, a casi un año de haber ocupado su puesto, no son pocos los que comienzan a rumiar, señalando que Blades no termina de encajar en su puesto, que la industria está a la deriva.
Es extraño, lo mismo que sus detractores critican es lo que sus defensores elogian: que sea impulsivo y egocéntrico, que decida no asistir a reuniones en las que perderá su tiempo. Es decir, que Rubén Blades sea Rubén Blades.
El gerente
En principio, el hombre que sonaba para ocupar la gerencia del IPAT era el empresario Roberto Pascual. Torrijos se encontró en una encrucijada. Luego de su gran apoyo durante la campaña, Blades había manifestado públicamente su voluntad de formar parte de la gestión del gobierno Y a un hombre de su trascendencia mediática no podía dársele un puesto menor al de un ministro.
El Presidente resolvió las cosas con astucia. Lo ubicó al frente del IPAT, pero antes aclaró que ese cargo sería ascendido a rango ministerial.
Aunque esto jamás sucedió, de todas formas, Rubén Blades forma parte del Consejo de Gabinete. Tan es así que luego de la última entrega de los premios Grammy —en los que el panameño fue galardonado— todos los ministros interrumpieron una reunión del Consejo de Gabinete para felicitarlo.
Pero los cambios estructurales en el Instituto continuaron. Roberto Pascual, amigo del presidente, fue colocado al frente del directorio del IPAT.
Perdió la pulseada con Blades, pero ocupó un puesto que hasta la administración anterior era potestad del ministro de Comercio. De esta forma, el Presidente logró dejar contentos a todos y se aseguró la presencia de figuras importantes en el Instituto que promueve el primer sector de la economía.
Viajes al interior
"Blades llegó a ese puesto por su condición de estrella, para llamar la atención del mundo y, a través de su figura, promocionar nuestros paraísos", explica un hombre que lo conoce como pocos, pero prefiere no ser citado.
"Sin embargo, hasta ahora, afuera no le vieron un pelo. Y la campaña de Promoción de Panamá para el 2006 todavía no está definida", remata.
Lo cierto es que en Relaciones Públicas del IPAT han informado que durante sus meses al frente de la institución el cantante sólo ha visitado dos ferias en España y una vez fue a Los Ángeles para reunirse con el arquitecto Frank Ghery, que diseñó el Museo de la Biodiversidad que debe construirse en Amador.
"Eso sí, Blades ha recorrido todo Panamá . Fue a Kuna Yala tres veces, ha ido a Coclé, visitó Veraguas, llegó al Golfo de Chiriquí, Azuero y a Bocas del Toro. Hay que dejarlo trabajar tranquilo y no criticar por criticar", explica Aida Quijano, que integra la Junta Directiva del IPAT y es parte de la Asociación de Agencias de Viajes y Turismo.
De hecho, uno de los planes a los que Blades le dedica más energía habla de diversificar los puntos turísticos para lograr que los beneficios lleguen al interior. Tiene previsto viajar a Argentina para preparar técnicos en turismo rural y avistamiento de ballenas.
Otros intentan traducir esta actitud en términos de construcción política: no olvidan que Blades siempre quiso ser Presidente.
"A mí me gustaría que vacacionaran en Panamá Julia Roberts y Susan Sarandon como lo hicieron en Costa Rica. Esa promoción es incomparable. Y Blades puede lograr cosas así", se esperanza Anadelis de Royo, presidenta de la Asociación de Operadores de Turismo. La canción sigue.
Relacionado: Blades avanza, pero obtiene baja aprobación