Bocas del Toro: sobrevivir en tiempos revueltos

Bocas del Toro: sobrevivir en tiempos revueltos
Pobladores de Bocas del Toro caminan por el puente sobre el río Changuinola. LP Agustín Herrera


Era uno de los últimos de la fila. Tenía por delante a más de 100 personas que, igual que él, cuidaban un tanque de gas de 25 litros vacío. Ya les habían dicho a todos que no había, que los 515 cilindros que llegaron a Changuinola la mañana del sábado 18 de noviembre, se habían acabado. Les pidieron que se fueran a sus casas, que el otro cargamento llegaría en los próximos días, quizá el martes o el miércoles de esta semana.

Pero Aurelio Castillo no se rendía. Él insistía en que en la planta de Tropigas, en finca seis, Changuinola, había una reserva, y que en cualquier momento alguien se asomaría a la puerta para decirles: “sí, hay gas”. Por eso seguía en la fila esperando el milagro. Pero nunca ocurrió. Efectivamente, el gas se acabó el mismo sábado. En cuestión de minutos.

Bocas del Toro: sobrevivir en tiempos revueltos
El gas para cocinar es uno de los productos que no consigue en Chiriquí y Bocas del Toro. Foto: Agustín Herrera

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Adair Herrera, coordinador de planes y programas del Ministerio de Gobierno, lo explicó con claridad. El pasado viernes, al puerto de Almirante, a media hora en carro de Changuinola, llegó una barcaza del Servicio Nacional Aeronaval (Senan) con los esperados tanques de gas. Partió desde el fuerte Sherman, en Colón. Navegó durante 34 horas por el Atlántico, hasta que llegó a Bocas con el cargamento: 515 tanques para Changuinola, 228 para Almirante y otros tantos para Isla Colón. Los pusieron a la venta el sábado, pero en ninguna de esas comunidades alcanzó. Fue una rebatiña. La mayoría de los pobladores se fueron a sus casas con las manos vacías, tristes, frustrados.

“Esto fue un despelote. Lo que repartieron, repartieron. Es que hubo una mala organización. Se volvió un alboroto con todo el mundo que quería; había como cinco filas”, contó Alfredo Aguilar, otro de los que se quedó sin gas, pese a que estaba en la fila desde el viernes en la mañana. Es decir, esperó más de 24 horas en una fila, y todo para nada.

Ante la falta de gas o de estufas eléctricas, la mayoría tiene que optar por un antiguo y peligroso recurso: la leña. Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación del aire en los hogares a causa del humo de la leña se asocia al cáncer de pulmón, enfermedades cerebrovasculares, cardíacas y respiratorias. Además, implica altos costos en tiempo para la familia, especialmente para mujeres y niñas.

En medio de la desesperación, algunos gritaban: “Por culpa de Nito… y Benicio”. Se referían al presidente de la República, Laurentino Nito Cortizo, y a su copartidario Benicio Robinson, uno de los dos diputados de la provincia, y el hombre que es considerado como “el dueño de Bocas del Toro”.

Otros preguntaban a voz en cuello: ¿Qué quiere el pueblo?... “Gas”, se respondían.

Tiempos convulsos

La escasez de gas y combustible en Bocas del Toro es apenas una de las consecuencias de la crisis que vive la provincia, producto de las protestas por el contrato minero. Los bloqueos de vías en el oriente chiricano, Chiriquí Grande y la misma Changuinola, le impiden el paso a los camiones que transportan los productos.

El poco combustible que ha llegado a Bocas del Toro y Chiriquí, entra desde Costa Rica.

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Personas compran combustible en una estación de servicio en Almirante. Foto: Agustín Herrera

En Almirante, por ejemplo, no tenían gasolina desde la semana del 25 de octubre cuando empezó la crisis. El sábado, las tres estaciones del pueblo tenían largas filas de vehículos. Cuatro cisternas con hidrocarburo llegaron a la provincia y eso obligó a los conductores a hacer largas colas para comprar el producto. En las últimas semanas los pobladores de Almirante se las arreglaron comprando gasolina clandestina en el puerto. Algunos pagaron$10, $13 y $15 por el galón, que usualmente vale alrededor de $5.

Son tiempos revueltos en Bocas del Toro. La provincia está desabastecida, asfixiada. En los tres supermercados más grandes de Changuinola, por ejemplo, no hay pollo, embutidos, productos lácteos, legumbres, harinas y otra larga lista de productos. En Romero, ubicado en Plaza Changuinola, buena parte de los anaqueles y neveras están vacías. En la calle se percibe pesimismo, desesperanza, cansancio, hartazgo.

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Uno de los supermercados de Changuinola. Foto: Agustín Herrera

Los cierres y la huelga

Además de la falta de provisiones, se suman los bloqueos de vías que soportaron los pobladores de Changuinola. Resulta que el Sindicato de Trabajadores de la Industria del Banano, Agropecuaria y Empresas Afines (Sitraibana) se fue a huelga indefinida desde el pasado 13 de noviembre. La organización decidió que no trabajarían en las fincas bananeras y empacadoras, hasta que se derogue la Ley 406 del 20 de octubre de 2023 que adopta el contrato entre el Estado y Minera Panamá.

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Uno de los múltiples cierres de vías en Bocas del Toro. Foto: Agustin Herrera

La medida estuvo acompañada de 21 cierres de calles, principalmente en las entradas de las fincas bananeras, lo que impuso un desafío al desplazamiento de la población. En el distrito de Changuinola, de acuerdo con el Censo de 2023, habitan 101 mil 91 personas. El 73.7% de ellos (74 mil 522) son indígenas y el 14% es afrodescendiente (13 mil 735).

Están esparcidas en los corregimientos de Changuinola, Barriada 4 de Abril, Barranco Adentro, Cochigró, El Empalme, El Silencio, Finca Cuatro, Finca seis, Finca 12, Finca 51, Finca 60, Finca 66, Guabito, La Gloria, La Mesa, Las Delicias y Las Tablas. Entonces, debido a los bloqueos, para ir de un lado a otro, lo hacían caminando, en bicicleta o haciendo transbordos: tomar un taxi u otro medio de transporte para avanzar en medio de los bloqueos.

Mujeres con niños en brazos, hombres cargando tanques de gas, leña, y alimentos, fueron algunas de las escenas que este medio observó durante un recorrido por la zona. Sin embargo, el pasado sábado los líderes de Sitraibana se reunieron durante siete horas y en la noche anunciaron que permitirán el libre tránsito de la comunidad a partir de ayer domingo.

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Producción de banano en Changuinola, Bocas del Toro. Foto: Agustin Herrera

También decidieron poner en pausa la huelga bananera desde este lunes 20 de noviembre. En una carta que el secretario general del sindicato, Francisco Smith, envió a la ministra de Trabajo, Doris Zapata, se lee que se declararán en sesión permanente desde el 24 de noviembre, día en que la Corte Suprema de Justicia entrará a analizar dos de las demandas presentadas contra la Ley 406. Smith anunció que si la Corte declara constitucional la norma, volverán a huelga indefinida.

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De acuerdo con conocedores del tema, hasta el pasado sábado, el paro de Sitraibana había dejado al menos $15 millones en pérdidas por las cajas de banano que Chiquita Brand dejó de exportar.

Omar Serrano, era uno de los que dirigía el bloqueo en la entrada al corregimiento de El Silencio. “Ñagare, Ñagare a la minería”, dijo a La Prensa. “Seguiremos en la lucha hasta que deroguen la Ley 406, esa ley nefasta que vendió a todo el país. Hay que disculparse con el pueblo porque verdaderamente lo estamos afectando, pero entiendan que es una lucha de todos, no es únicamente de los bananeros”, manifestó.

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Bloqueo de vía en El Silencio, Changuinola, Bocas del Toro. Foto: Agustin Herrera

Cuando se le consultó sobre las vicisitudes que enfrenta la población para movilizarse, acudir a citas médicas, comprar comida o hacer trámites, dijo que ellos dejaban pasar a los enfermos, a los que tienen citas, a las ambulancias, al igual que a los camiones del combustible. “No podemos estar jugando con la vida de nadie. Aquí no estamos para eso. Necesitamos que el Presidente derogue la ley”, aseguró.

Bloqueos eternos

Changuinola, y Bocas del Toro, en general, podría ser la zona del país que más cierres de calles ha afrontado en lo que va del año.

Luis Nuques, ingeniero agrónomo y productor de plátano independiente, los lleva contabilizados: 523, hasta el pasado sábado. Han cerrado calles para reclamar carreteras, hospitales, agua potable, educación y vivienda.

Los bocatoreños tienen historia de resistencia. Han aportado muertos. En julio de 2010, dos personas murieron y más de 500 quedaron heridas, en medio de la refriegas entre manifestantes y la Policía Nacional por la Ley 30 de junio de 2010, conocida como Ley Chorizo. En ese tiempo Changuinola fue el epicentro de la batalla.

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El puente sobre el río Changuinola está bloqueado. Foto: Agustin Herrera.

Ahora están en la calle por la minería, pero las medidas que implementa un grupo tiene sufriendo a sus propios vecinos. Aunque ahora se permite el libre tránsito entre las distintas fincas bananeras, el principal lugar de acceso al distrito sigue cerrado: el puente sobre el río Changuinola. El puente está bloqueado desde hace más de 45 días debido a una protesta del grupo los Sin Tierra. Solo permiten el paso entre 6:00 p.m. y 7:00 p.m.

Por eso, llegar o salir de Changuinola implica atravesar el puente caminando y luego buscar un vehículo para desplazarse. A metros de sus accesos hay filas de taxis, buses, y camiones esperando clientes. También hay personas con carretas para transportar cualquier carga: un tramo cuesta $1. El bloqueo del puente poco a poco ha generado una especie de mercado informal, clandestino, que se arropa con la necesidad de un pueblo golpeado.



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