El botín oculto de Aduanas

El botín oculto de Aduanas


P ara muchos fue un descuido. Los más suspicaces, sin embargo, piensan que había un plan oculto para quedarse con el botín. Lo cierto es que por más de tres años, en una caja fuerte en las instalaciones de la Autoridad Nacional de Aduanas (ANA), dentro del Aeropuerto Internacional de Tocumen, se mantenía oculta una fortuna en brillantes, esmeraldas, perlas, lingotes y láminas de oro.

La mercancía decomisada tenía un peso de 66.3 kilos, y fue valorada en más de 1.4 millón de dólares, según un inventario realizado por los auditores de esa autoridad, Evaristo Montenegro y Andrés Pérez.

Aunque el avalúo es del 24 de marzo de 2009, no fue sino hasta el 7 de julio, una semana después de la llegada de Gloria Moreno de López a la dirección de Aduanas, que la población conoció que en la sección de Caja y Aforo, ubicada en la principal terminal del aeropuerto, se escondía este tesoro.

En los registros oficiales consta que Eliseo Rojas, jefe de la sección, tenía la custodia del botín, el cual se obtuvo de cinco confiscaciones realizadas por el departamento de fiscalización aduanera, desde 2006. Ese organismo de seguridad detectó que mucha de esta mercancía era transportada por grupos de turistas, que intentaban ingresar a Panamá procedentes de Suramérica con destino final Panamá, Estados Unidos o Canadá.

Estos extranjeros –procedentes de Colombia y Venezuela– no pagaron los impuestos correspondientes para las personas que desean instalarse o negociar en Panamá.

El caso más reciente se reportó el pasado 14 de marzo, cuando al venezolano Jairo Fernando López Vargas se le detuvo en la terminal aérea cuando intentaba introducir al país láminas de oro, sin declarar al fisco.

Pero en la caja fuerte no solo había oro y piedras preciosas –la mayoría, esmeraldas– acomodadas en pequeñas bolsas plásticas con cierre tipo ziplock. También había joyas confeccionadas por orfebres, brazaletes –de oro amarillo y blanco– y anillos de diferentes tamaños.

La ex directora de ANA Vilma De Luca conocía la existencia de las joyas: fue en su gestión que se guardó la mercancía en cuatro maletines, dentro de la caja fuerte. Así fue como casualmente los encontró Moreno de López, durante un recorrido por las bodegas aduaneras de la zona aeroportuaria.

Moreno de López encargó ya un segundo avalúo de las prendas. Lo que se quiere es determinar si el valor de las joyas corresponde con el informe que se encontró en la institución. Se trató de contactar a De Luca, pero no fue posible.

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