Brunch Dominical: los cuatro jinetes de la descentralización

Brunch Dominical: los cuatro jinetes de la descentralización
Jairo Salazar, Raúl Pineda, Gaby Carrizo y Benicio Robinson.


Aunque la infame descentralización paralela no se parezca en nada a un libro del Nuevo Testamento, parece haber tenido cuatro jinetes del Apocalipsis: Bolota, Raúl Pineda, Gaby Carrizo y Benicio Robinson. Veamos. En 2023, en medio de la campaña de las primarias del PRD, Bolota —que, además de diputado, era representante de corregimiento— le pedía a Carrizo (entonces vicepresidente de la República) que le diera “cariño”. “¡Tú tienes que inyectarnos recursos para ganar las elecciones!”, dijo públicamente. Carrizo no dio señales de que esa petición le incomodara. Ahora sabemos que la junta comunal de Barrio Norte, en Colón, terminó siendo la más favorecida, con más de $14 millones de la descentralización paralela. Por su parte, la junta comunal de Belisario Porras en San Miguelito, presidida por César Caballero, fue la segunda más agraciada, con $6.6 millones. Pelé —como le llamaban a Caballero— fue acribillado, como murieron Agustín Lara, Kiki Pinzón y Ovidio “Tulip” Castro, todos amigos del diputado y entonces vicepresidente de la todopoderosa Comisión de Presupuesto de la Asamblea, Raúl Pineda. Ese mismo año, Benicio Robinson —el funcionario más afortunado de Bocas del Toro— encabezaba la Comisión de Presupuesto, mientras presidía el PRD. Cuando le preguntaron si le parecía correcto que la mayor cantidad de fondos repartidos a través de la descentralización paralela fuera a parar a las juntas comunales afines a su partido, no tuvo empacho en justificarlo, diciendo “el que está en gobierno es el PRD”. No en vano, las juntas comunales de su provincia —que no suman ni el 5% del total del país— recibieron $30 millones.

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Las expresiones de Bolota y Robinson, ¿acaso podrían ser consideradas ahora una confesión?

Roxana Méndez, que asumió las riendas de la Autoridad Nacional de Descentralización (AND) desde el 2 de agosto pasado, ha dicho que el 85% de los $320 millones desembolsados entre 2021 y 2024 en la descentralización paralela fueron para gobiernos locales controlados por el PRD. También dijo no tener idea de cómo se gastaron esos fondos, entregados sin control ni justificación, ni a qué bolsillo fueron a parar. “Simplemente el director, por instrucciones recibidas, solicitaba los fondos al MEF… No decía ni para qué debían usarse”. Y no les importó ni las apariencias; lo siguieron haciendo sin supervisión ni rendición de cuentas, aún después de los señalamientos y denuncias en los medios de comunicación. Ahora, el presidente Mulino ha dado 60 días a los gobiernos locales para que informen a la AND qué se hizo con esos fondos. Tiempo suficiente para que quien los haya malversado pueda acomodar las cosas y hasta destruir pruebas, por ejemplo, o encontrar la forma de arrimarse a alguien que actualmente detente algo de poder, para seguir como si nada. Entonces, uno se podría preguntar: ¿por qué, en lugar de darles dos meses de ventaja, no se giró una solicitud inmediata a la Contraloría General de la República para que efectuara las auditorías correspondientes y luego se remitiera todo al Ministerio Público? Dándole el beneficio de la duda al presidente Mulino, bien podría estar evitando que, en la práctica, el actual contralor les diera todo el tiempo del mundo a los implicados para que arreglen sus cosas. “Política de corrección”, como él le llama afectuosamente. Mulino, de paso, ha dicho que si alguien quiere desmentirlo y tiene pruebas de que el uso de fondos fue legítimo, le cederá su tribuna en la Presidencia para que el país entero escuche. Ese emplazamiento no estaba dirigido a alguien en particular y, como era de esperar, hasta ahora nadie se ha dado por aludido. Quien tendría que dar la cara es Gaby Carrizo, que, como ministro de la Presidencia, ordenó que se desmantelara la Secretaría Nacional de Descentralización y que toda su estructura e instrumentos de gestión fueran asumidos por lo que hoy conocemos como la AND. O su exasistente ejecutivo, Alex Hepburn, a quien designó como presidente de la junta directiva de esa autoridad. ¿Y Cortizo? Una vez, preguntado sobre la descentralización paralela, ni siquiera negó su práctica; simplemente dijo “ese tema yo no lo manejo”. Después de todo, ¿qué manejaba Cortizo?


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