La reciente convocatoria de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) para que la sociedad panameña se una a elaborar un Plan Nacional de Desarrollo, intenta emular experiencias vividas en la década del 90, cuando diferentes sectores del país se pusieron de acuerdo.
Una de las primeras experiencias fue la firma del Compromiso Ético Electoral de Santa María la Antigua, el 18 de mayo de 1993, escasamente a tres años y medio de la invasión estadounidense que profundizó las diferencias ya existentes entre la clase política.
Tras el acuerdo de celebrar elecciones transparentes alcanzado por el Panamá político, la sociedad en su conjunto —gobierno, partidos políticos, empresarios, sindicalistas, universitarios y sociedad civil organizada— ensayó encuentros en busca de un denominador común. Es en ese escenario que nacen los tres encuentros de Bambito sobre Unidad y Desarrollo Humano, y los cuatro encuentros de Panamá 2000, que se centraron en el tema del Canal y su reversión. (Ver tabla).
Precisamente el compromiso de convertir el tema canalero en una "agenda estratégica de Estado y no en la limitada agenda de un gobierno", y de afirmar la concepción de sociedad basada en un desarrollo que busque la igualdad, la equidad y la lucha para erradicar la pobreza, dio paso a la necesidad de diseñar una mirada conjunta del país.
VISIÓN 2020
Bajo los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), un grupo de profesionales y académicos elaboró una propuesta sobre la visión del Panamá que se quería para el 2020, con apoyo en cinco ejes fundamentales: autodeterminación, institucionalidad democrática, desarrollo económico, ética equidad y sostenibilidad ambiental. El trabajo establecía metas y objetivos operacionales que deberían cumplirse en el transcurso del tiempo. La visión creaba asimismo un mecanismo para monitorear esos avances.
El 29 de mayo de 1998, el entonces presidente Ernesto Pérez Balladares, en representación del Gobierno Nacional, suscribió la Visión Panamá 2020. Mireya Moscoso, a la sazón aspirante presidencial, también rubricó la propuesta, al igual que representantes de los partidos políticos, incluyendo aquellos que, años más tarde, acompañaron a Moscoso en su gestión presidencial.
Sin embargo, muy poco de los compromisos allí adquiridos fueron puestos en marcha.
Fue un logro tremendo llegar a una visión conjunta, recuerda hoy Raúl Leis, quien participó en ese proceso. Pero, dijo, era "demasiado pedir en ese momento, que todos estuviéramos de acuerdo con la forma de concretar esa visión".
Ocho años más tarde del diseño de esa propuesta, la sociedad panameña ya no habla de diseñar una visión, sino de un plan nacional de desarrollo.
De pronto, dijo Leis, hay que evaluar y mejorar esa visión creada en 1998 y establecer "un mapa de ruta" que permita ir haciendo acuerdos en temas poco polémicos y debatir los aspectos más conflictivos.
Un tema que, según Leis, permite llegar a acuerdos rápidos, es el educativo. Precisamente con la reformas a este sistema, se busca abrir la oportunidad para que un sector de la población salga de la pobreza en la que hoy está sumergida.