16 científicas que trabajaron como investigadoras -algunas incluso en su etapa estudiantil- en las instalaciones del instituto Smithsonian en la isla de Barro Colorado, en Panamá, hablaron con Buzzfeed News sobre conductas sexuales inapropiadas por parte de trabajadores y colegas del centro, de “alto rango”.
Según la publicación, la cual se basa en correos internos y entrevistas con 25 científicos relacionados a la operación del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés), las denuncias eran resueltas con advertencias verbales o algunas restricciones a aquellos trabajadores señalados, y todos continuaron trabajando en sus investigaciones e interactuando con sus colegas. No fue hasta 2020 que se destituyó a una de las personas implicadas luego de repetidas denuncias y una investigación interna.
El director del centro, Joshua Tewksbury, citado en en el reportaje, aseguró a la periodista de Buzzfeed News que estas acusaciones son tratadas con seriedad y que cuentan con “protocolos claros para investigar”. Agregó que no se puede aportar detalles sobre casos específicos
“El Smithsonian está comprometido a mantener un ambiente de trabajo seguro y saludable y no tolerará ningún tipo de acoso contra ningún miembro de la comunidad”, respondieron de parte de la oficina de prensa de la STRI a un correo enviado por La Prensa luego de la publicación.
“Reconocemos que contar con políticas y procesos internos sólidos son solo una parte de la solución. También reconocemos el dolor y entendemos el valor que se necesita para poder afrontar y hablar sobre estas situaciones”, agrega el STRI.
En el reportaje de Buzzfeed, el científico Egbert Leigh, quien trabajó en la STRI por décadas hasta su jubilación, reconoce las acusaciones y pide disculpas “por el dolor y la incomodidad que mi comportamiento causó... Me disculpo con aquellos que salieron lastimados u ofendidos”.
Otros dos científicos, Edward Allen Herre y Benjamin Turner, niegan las acusaciones. El segundo, fue separado de su cargo en 2020. Posteriormente, se conoció que su despido estuvo ligado a estos reportes.
Ahora, científicas y estudiantes que llevaron a cabo investigaciones en Barro Colorado, en laboratorios que en ocasiones eran manejados y administrados por los supuestos perpetradores, están en una batalla legal por derechos de autor, dado que uno de los supuestos victimarios aparecería acreditado en sus publicaciones científicas como “colaborador”.
Liza Comita es una profesora en Yale School of the Environment y una investigadora asociada en la STRI. No sufrió las conductas descritas en la publicación de Buzzfeed, pero se ha posicionado a favor de las víctimas.
“Se trata de mujeres expertas en ecología tropical... El tiempo y la energía que están perdiendo por afrontar estos hechos es una pérdida para la ciencia”, señaló.
Tewksbury, el director del STRI, replicó: “Estamos tomando toda acción posible para apoyar la salud y el bienestar de toda nuestra comunidad científica”.
El Smithsonian aseguró a La Prensa que está “continuamente fortaleciendo políticas y procedimientos para investigar minuciosamente las denuncias de acoso y tomar las medidas correctivas apropiadas”.
Desde 2019, informaron, se estableció en el Smithsonian una oficina de prevención del acoso y de la violencia en el lugar de trabajo llamada SI Civil, “con la misión de empoderar a la comunidad a que comuniquen sus inquietudes en el lugar de trabajo y que lo hagan con la confianza de que se abordarán sus preocupaciones y sin temor a represalias”.
Mientras tanto, la abogada Laura L. Dunn, quien representa a varias de las víctimas, publicó una carta abierta en nombre de sus clientas, dirigida al Consejo de Políticas de Género de la administración del presidente Joe Biden, en la cual exigen una reforma integral a las políticas.
La carta hace un llamado al consejo a hacer cuatro “reformas críticas” al STRI y al Instituto Smithsonian: cambiar el modelo de control, que “concentra el poder en las manos de científicos, que en su mayoría son hombres blancos mayores”; adoptar medidas de seguridad en las residencias en Barro Colorado; mejorar el sistema de reportes de situaciones de este tipo y de la comunicación de los resultados de investigaciones, y, finalmente, establecer un comité de estándares éticos que gobierne la conducta de los científicos.